La noticia ha salpicado la villa: Ribera del Fresno queda huérfana de padre, el médico de cabecera, de familia, amigo y consejero Javier Porras Pombo. Deja el municipio y se va "porque las condiciones van a endurecerse y no quiero que me vean por las calles visitando enfermos sin poder con el maletín". Así, afirma que "no quiero marcharme sin despedirme de quienes han sido mi familia durante 34 años".

Ha conocido a cuatro generaciones de ribereños, que "me han tratado estupendamente; me voy con mucha pena; dejar Ribera para mí significa mucho, pero no quiero que Ribera tenga pena por mí al verme viejecito recorriendo cada por casa". Y añade que le hubiera gustado dejar un centro de salud de 24 horas, pero hay un PAC que abrirá los fines de semanas". Tras estar enfermo, hace dos años, Javier Porras se jubila y deja el pueblo que lo vio nacer.