A pesar del tiempo que hace que Trujillo mostró abierta y firmemente su decisión de querer abandonar la Mancomunidad Comarca de Trujillo, a día de hoy aún no ha tenido lugar formalmente dicha desvinculación. Según palabras del alcalde de la ciudad, Alberto Casero, «no sabría cómo definir nuestra situación con respecto a la mancomunidad, ya que pagamos y no estamos». Así lo señaló en el pleno municipal celebrado esta semana, y en el que explicó que ha habido voluntad de llegar a un acuerdo para que el ayuntamiento siguiera formando parte de la entidad, aunque ha reconocido que «es muy difícil, puesto que más allá de la Oficina de Gestión Urbanística y los servicios de Familia y de Igualdad, el consistorio paga unas altas cantidades» por servicios que no necesita.

Casero sostuvo que se podría haber llegado a un acuerdo para la adhesión a «servicios a la carta», aunque reconoce que hay gastos comunes que son muy importantes y por lo que el gasto no se vería mermado.

Asimismo, el alcalde aseguró que ofreció la posibilidad de mancomunar solo algunos servicios, pero que la ley exige que esta debe ser una mancomunidad integral. De ahí que considerase que el servicio de atención a familias «dejaría de tener sentido» si Trujillo deja la mancomunidad «porque en un 95% lo utiliza la ciudad».

Sin embargo, sigue habiendo nuevas trabas que hacen que el ayuntamiento aún no se haya desvinculado. Y es que para tener un servicio propio de familia financiado por los servicios sociales autonómicos, los decretos de la Junta exigen que la ciudad tenga más de 10.000 habitantes reconocidos por el INE, «por lo que estamos en esa eterna dicotomía», concluyó.