A las diez de la noche del 31 de octubre, Ahigal se sumirá en un oscuro y tenebroso ambiente de ánimas en pena, fantasmas, muertos aparecidos, duendes y otros seres propios del inframundo o de tiempos nebulosos y que permanecen en el imaginario popular y colectivo del vecindario "paletu", que por "paletos" son conocidos los vecinos del mentado pueblo.

La primera ruta del "Cerullu" (voz dialectal que significa miedo) partirá del entorno de la iglesia parroquial, donde se levantará una gran hoguera. Los asistentes marcharán, luego, por la plazuela de San Blas, el Cristo, la Calleja Graná, la Cruz de la Salve, el Cementerio Viejo, la Casa Concejo y, finalmente, regreso al pie de la fogata. A lo largo del recorrido, intervendrán los componentes del grupo de animación sociocultural Calambuko, encargados de narrar las truculentas leyendas, cuentos, historias de terror- que aureolan el pasado mítico de la localidad. El corpus de oralidades que se conservan es inagotable: La mano pelúa , La procesión de los muertos o El pozo de las ánimas , Era la muerte , El caballo blanco , El ojo de Santa Lucía o La carrera de la muerta .

LA TRADICION El historiador José María Domínguez Moreno, natural de Ahigal, afirma que la puesta en marcha de esta ruta del "Cerullu" es una forma de dar a conocer la cultura local de transmisión oral en torno a un mundo fabuloso y tétrico y, a su vez, de espantar tradiciones importadas, como el Halloween. En nombre de la asociación de Amigos de Ahigal, anima a acudir a esta jornada, celebrada en una fecha tan emblemática como la víspera de Todos los Santos. Asegura que a todos los asistentes se les pondrán "los pelos como escarpias" e insta a que el personal lleve velones, candiles y linternas de aceite y se atavíe con vestimentas que enfaticen el espíritu de la ruta.