El consejero de Agricultura y Medio Ambiente, José Luis Quintana, visitó ayer las instalaciones de la planta incineradora de Almaraz, donde se tratarán el ganado ovino y bovino muerto, además de materiales procedentes de los mataderos, y cuya capacidad máxima de gestión será de tres millones de kilos al mes. La empresa que explotará la planta es El Encinar de Humienta, la misma que se encarga del matadero de la localidad y que ha invertido 8,5 millones de euros en este proyecto, que creará 20 puestos de trabajo.

Quintana aseguró que la planta Tratamientos de Almaraz S. L es "pionera en Extremadura" y destacó los beneficios para los ganaderos extremeños, ya que hasta ahora las reses muertas y los materiales de riesgo se trasladaban a Andalucía o Madrid para su destrucción, por lo que "ahora se ahorrará en transporte".

En lo que respecta al funcionamiento de la incineradora, el edificio de producción cuenta con 3.000 metros cuadrados de nave en planta, dividida en tres zonas. El material que procede del exterior se pesará y se recepcionará, para pasar a ser triturado en la zona de digestión, donde se separará la materia sólida, grasa y el agua. A partir de ahí se producirá una harina cárnica que desde hace unos años ya no puede utilizarse para usos comerciales, después de que se prohibiera a raíz del mal de las vacas locas .

Este material resultante se quemará en la zona de incineración, que dispone de un equipo que destruirá 800 kilos de harina cárnica a la hora. Esto quedará reducido a cenizas que se trasladarán a un vertedero controlado, ya que "son inocuas", según el director de la obra, Luis Rodríguez. En la tercera semana de mayo comenzarán las pruebas de la planta, aunque será el 1 de julio cuando se inaugure la zona de trituración de materiales y la conversión en harina.

Por otra parte, la empresa que gestiona la incineradora también ampliará el matadero almaraceño construyendo una sala de despiece de 1.000 metros cuadrados que costará 1,8 millones de euros. Quintana destacó el crecimiento de esta empresa, que el año pasado sacrificó 55.000 cabezas de ganado y este año espera llegar a las 70.000, lo que la convierte en la primera de la comunidad extremeña.