Jarandilla conserva huellas de su impronta histórica, pueblos y culturas que han dejado muestras de su cultura, su folclore y su religión. Prerromanos, romanos, visigodos, musulmanes, cristianos, una agitada historia que se tranquiliza cuando Alfonso VII expulsa a los árabes y le concede el título de Villa Realenga. Los reyes siempre se han fijado en ella: Enrique II la entrega como señorío al maestre de la Orden de Santiago y Carlos II la transforma en marquesado. Carlos V reposó en ella.

Jarandilla se encuentra en el centro de la comarca de La Vera, una de las más frescas de la geografía extremeña, cuenta con buenas vías de acceso que permiten llegar desde los grandes núcleos de población como Madrid y Salamanca en poco más de dos horas y media, por lo que constituye un lugar privilegiado para pasar un fin de semana o unas vacaciones. Además está rodeada de bosques de robles y castaños mezclados con los paisajes de la serranía de Gredos que la otorgan una climatología suave en invierno y fresca en verano.

GARGANTAS Y CHARCOS

Para tener una visión de la localidad y la zona es recomendable subir al mirador de la Serrailla que está preparado como merendero y desde donde se puede divisar la pequeña localidad de Guijo de Santa Bárbara. Como toda la comarca, está rodeada de gargantas y multitud de charcos donde darse un chapuzón cuando el calor aprieta. Jarandilla tiene dos: Jaranda y Jarandilleja y otros charcos: el de puente Parral, la Serradilla y los Frailes.

El turismo, por ello, y por la presencia, desde 1966, del parador nacional, es uno de los motores económicos de la localidad. Entre sus monumentos más singulares hay que destacar precisamente el parador nacional de turismo, castillo-palacio de los condes de Oropesa, construido en el siglo XV, que fue destruido, casi en su totalidad, durante la Guerra de la Independencia y recuperado como parador. El emperador Carlos V descansó en él tres meses antes de su retiro a Yuste.

Destaca también la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, que conserva un excelente retablo de estilo rococó y una lápida de mármol que conmemora la visita de Alfonso XIII.

Otro edificio religioso es la parroquia de Santa María de la Torre, un edificio construido sobre un castro celta en piedra viva, suntuoso y grande.

Destaca también la ermita del Cristo del Humilladero, que se encuentra en el antiguo camino de Jarandilla al Losar. La artesanía en la zona abarca sectores como el textil, la madera, el hierro, la cerámica y las artes gráficas. En Semana Santa se celebra la Feria de la Artesanía, alimentación y gastronomía de la Vera.