La junta local trujillana de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) conmemoró ayer el día mundial contra esta enfermedad desarrollando la campaña Llámalo cáncer, propuesta a nivel nacional, a través de los medios de comunicación.

El objetivo era transmitir a la sociedad una visión objetiva del cáncer, derribar los mitos que giran alrededor de su concepto y atender al impacto económico y social que acarrea la enfermedad en las personas que lo padecen y en sus familiares.

Para tratar estas cuestiones, Ana Bravo, miembro de la junta local de la AECC, Lorena Alonso, psico-oncóloga de la asociación y Silvia Salcedo, familiar de dos pacientes con cáncer, acudieron a la televisión local de Trujillo con el fin de materializar la actividad propuesta por la entidad y esclarecer los temas, en ocasiones desvirtuados, que rodean al cáncer.

Así, Ana Bravo, que además de formar parte de la asociación compartió su testimonio como paciente, hace 13 años, comentó, con respecto a los mitos que «uno de los más extendidos es que, una vez realizadas las pruebas pertinentes, si no recibes pronto una llamada, todo está bien y se da por hecho que no hay malas noticias, cuando no es así. Hay determinadas pruebas que necesitan tiempo y hay que ser prudentes con este tipo de afirmaciones».

Por su parte, Lorena Alonso destacó que una de las premisas fundamentales de esta campaña radica en verbalizar la palabra cáncer. «Estamos muy acostumbrados a referirnos a la enfermedad con términos como el bicho, el tsunami o sencillamente, el problema, lo que provoca que se fomente todavía más el miedo que se siente al ser consciente de que se padece cáncer». Además, hizo hincapié en explicar de una manera «adecuada pero real» las consecuencias de dicha enfermedad, también a los niños. «Ellos perciben que en su casa está pasando algo y, a veces, dependiendo de como se afronte el cáncer, puede hasta influir en su comportamiento. Lo mejor es sentarse con ellos y contarles lo que sucede de una manera adaptada a su edad y madurez».

«TODO CAMBIA» / A estas intervenciones se sumó la de Silvia Salcedo, hija de dos pacientes con cáncer, para tratar el impacto tanto emocional como económico que supone «la entrada de la enfermedad en una familia». Así, manifestó que «cuando el núcleo familiar es consciente de que hay una persona que lo padece, todo cambia. «Por una parte, supone un revés a nivel psicológico y emocional que conlleva un tiempo de adaptación. Por otra, una serie de gastos económicos a los que hay que hacer frente, como viajes, cierre de negocio, medicinas o estancias prolongadas». Aspectos, algunos de ellos, respaldados por los servicios de la AECC, que ofrece, entre otras cuestiones, pisos para familiares que se enfrentan a tratamientos largos.