TBtasta. Es hora de hacer pesaje y poner en la balanza los dioses y la vida humana. O bien, a una parte la libertad de expresión y a otra la vida. ¿Y por qué no?, en un platillo a todos los dioses y la libertad de expresión juntos y en el otro la vida. Y aún queda otra combinación: ¿Por qué no en un platillo todos los dioses y en el otro la vida y la libertad de expresión?, y veamos hacia dónde se inclina el fiel. Aunque, hay que recordarlo, también hay vida que no es vida; y en ese caso "más vale morir de pie".

Piensas, por pensar, en la palabra escrita y en esa función del arte que consiste en cambiar las conciencias a mejor, como recuerda Alejandro Jodorossky ; y recuerdas aquellos escritores y filósofos románticos que hablaban, ingenuos ellos como tú, de la necesidad de las enseñanzas artísticas para educar los afectos de las personas. Y, llevado por ese vértigo del pensamiento, decides escribir lo que piensas; porque es una manera de recordar que hay palabras que representan valores muy antiguos ya de Occidente, como ese de la prudencia que recomienda Tiresias , el adivino ciego y sabio, cuando recuerda que "es la prudencia la mejor de las posesiones". Y así lo muestra Taltibio , el mensajero de Las Bacantes, a sabiendas de que la falta de esa virtud desemboca en la tragedia.

La obsesión por expresar el sentido exacto de las palabras conduce tus pensamientos a los diccionarios para descorrer el velo difuso que hasta aquí te desdibuja su significado. Es así como encuentras: "Prudencia.- Capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios. Y también: una de las cuatro virtudes cardinales que consiste en Discernir y distinguir el bien del mal".

En el final del camino traído sobre el pensar por pensar, te sientes agradecido al diccionario y te complaces en recordar que se puede pensar en soledad, como quien reza; sin necesidad de escribir, aunque siempre hay que pensar con palabras.