El pequeño pueblo de Ahigal brilla este año con más intensidad de la mano de uno de sus paisanos, Santos Vivas, que estas navidades ha querido que la fachada de la vivienda de su madre, Marciana García, que vive con otro de sus hijos, Julián; luciera una iluminación navideña que quedará en el recuerdo. De hecho, quien pase por la calle Serrana estos días, puede ver 2.400 bombillas que ponen color a la casa. «Vivo en Madrid y llevaba años sin venir y he querido que este año las navidades tuvieran un toque especial», dijo Santos tras dedicar 15 horas a la decoración navideña.