Durante la crisis sanitaria, las residencias de mayores han estado en el punto de mira por ser un lugar donde el coronavirus se ha cebado con más crudeza. La anticipación y las medidas de seguridad han sido claves para evitar contagios y, tras pasar los peores meses, la premisa de las residencias de Clece está clara: no hay que bajar la guardia.

Anticipación, colaboración, transparencia y, ahora, prudencia. Son las palabras que están grabadas a fuego en aquellas personas que trabajan en las residencias que Clece gestiona en Extremadura, concretamente en Campanario y en Medina de las Torres, en la provincia de Badajoz. Han sido unos meses muy complicados, especialmente en las residencias de mayores, donde se ha trabajado muy duramente para conseguir que la covid-19 no causara estragos. Por ello, bajar la guardia ahora es lo último que se les pasa por la cabeza a sus empleados.

El 9 de marzo, días antes de decretarse el Estado de Alarma y cuando nadie pronunciaba la palabra confinamiento, estas dos residencias ya tenían sus puertas cerradas a cal y canto. Se desplegaba la primera medida que les llevaría a garantizar la seguridad de sus mayores. Fue un momento complicado, porque se trataba de una medida de gran dureza y que los familiares debían entender sin alarmarse más de lo necesario. Para poder solventar esta situación, entraba en juego otro de los factores clave en la gestión de esta nueva situación: la transparencia. De esta manera, los familiares han estado informados en todo momento de la situación en el interior de las residencias, con una comunicación fluida y constante, y no solo con los trabajadores del centro, sino que, a través de la tecnología, también han podido hablar y ver a sus mayores.

Esta comunicación ha resultado clave a la hora de garantizar la normalidad -dentro de lo excepcional- de los residentes, que inevitablemente han pasado por momentos de incertidumbre. «Aunque hemos hecho todo lo posible por que el confinamiento no les causara ningún tipo de inconveniente, vimos que inevitablemente tenían momentos de preocupación, tristeza e incluso inquietud por no saber cuándo volverían a ver a sus familiares. Pero, gracias a las tabletas facilitadas por Clece, pudimos hacer videollamadas con sus familiares, lo que hizo que se animaran y, por tanto, se les hiciera más llevadero el confinamiento», asegura Carmen Pérez, directora de la Residencia de Medina de las Torres. Además, esta situación aumentó el sentimiento de seguridad de los residentes, porque, según asegura Marta Gálvez, directora de la Residencia de Mayores y Centro de Día de Campanario, «veían todas las medidas que estábamos tomando y sentían que en casa no hubieran podido estar mejor cuidados. Los familiares nos transmitían eso también por teléfono».

Especialistas en limpieza y desinfección

Y es que en las residencias de Clece, las medidas durante el confinamiento han sido positivamente estrictas, para evitar al máximo el contagio de residentes y personal. Una mención especial tienen las medidas de limpieza y desinfección, debido a que Clece, además de la gestión de estas residencias, también tiene un equipo especializado en limpieza y desinfección de zonas de alto riesgo como son los hospitales.

Desde el primer momento han estado muy presentes los equipos de protección, productos como geles hidroalcohólicos, toma de temperaturas de manera regular, realización de tests e incluso la sectorización de los centros, es decir, la división del mismo en varias zonas completamente aisladas las unas de las otras, de manera que, si en una se producía algún contagio, la otra u otras quedaban completamente a salvo de covid-19.

Todo un despliegue de medidas que llegaron acompañadas de un factor fundamental: la formación y sensibilización de todo el personal de las residencias, que desde el primer momento se volcó para garantizar la seguridad y para conseguir realizar su labor de manera segura e impecable. Una labor que tiene un valor especial, porque con su dedicación y esfuerzos han conseguido que en estas residencias no se hayan dado casos de covid-19.

Residencias en guardia

Decir que lo peor ya ha pasado es algo que es verdad, pero también es importante decir que bajar la guardia es lo último que se debe hacer en estos momentos. Esto lo saben muy bien las residencias que Clece gestiona en Extremadura. Pese a que estamos en un momento de desconfinamiento, estos centros continúan teniendo fuertes medidas de seguridad para evitar posibles contagios.

Un ejemplo de ello son las visitas de familiares que, pese a que ya han comenzado, están bajo una serie de medidas que persiguen reducir al mínimo el riesgo de contagio. «Son visitas programadas y solo se hacen cuatro al día, dos por la mañana y dos por la tarde. Además, solamente puede entrar un familiar por residente y no entra en el centro, sino que se queda en el patio y a más de dos metros de distancia», comenta Carmen Pérez. A esto le añadimos un control higiénico y de salud por el equipo de enfermería.

Bárbara Cordero, enfermera de la Residencia de Medina de las Torres explica que «al entrar en el patio, el visitante se desinfecta los zapatos en una alfombra y se le toma la temperatura. En una mesa auxiliar tenemos hidrogel, pañuelos desechables y mascarillas. Además, tenemos una declaración responsable, donde nos comunican si tienen algún síntoma con relación a la covid-19 y un registro de visitas por si tuviéramos que avisar de alguna incidencia».

En Campanario, esta semana han dado un paso más en el proceso de desconfinamiento y ya han abierto las puertas del Centro de Día, eso sí, con la importante premisa de no bajar la guardia. En este sentido, pese a la apertura, su directora explica que este centro seguirá las mismas medidas de prevención que la residencia, además de la realización de un test rápido a cada una de las personas usuarias que, de momento, no tendrán contacto con los residentes, permaneciendo así aisladas las dos partes.

Son dos ejemplos de residencias donde ya miran hacia la nueva normalidad, con ganas e ilusión por volver al contacto, a las actividades y a la vida normalizada, pero sin olvidar que la prudencia y la prevención serán sus grandes aliadas a partir de ahora.