Toda su vida ha estado unido al mundo de la electricidad y buena parte de ella, a instalaciones en vehículos. De ahí, de su profesión, ha surgido una afición que ha llevado al placentino Ladislao Granado Díaz a coleccionar aparatos de radio de vehículos, algunos tan antiguos que datan de los años treinta.

Comenzó su colección hace veinte años y en ese tiempo, ha conseguido reunir 400 aparatos que ahora conserva en su casa y una pequeña parte en el taller de la avenida de España que montó en el año 1973 y donde aún continúa, pese a sus 68 años recién cumplidos.

Fueron gracias a sus clientes que comenzó la colección porque "me quedaba con los aparatos que estaban averiados y los clientes no querían y así he llegado hasta los 400". Los tiene de todas las marcas y que en algún momento fueron un lujo para sus dueños porque, según recuerda, "entonces un aparato costaba 20.000 pesetas y ahora un buen aparato te puede costar 99 euros, que son unas 16.000 pesetas. Entonces había una desproporción porque un obrero ganaba 2.500 pesetas al mes, así que era un gran lujo tener uno de estos aparatos de radio".

Los primeros que instaló eran parte de vehículos tan emblemáticos como los 600 y después pasó a los 1.500 y a los Seat 1430. Recuerda que "a los primeros coches había que cortarles el salpicadero para acoplar la radio porque si no, no se podía". Conserva algunas de esas radios, tan pesadas que necesitaban hasta tres zonas de sujección.

Además los tiene de multitud de modelos, desde los que solo tenían frecuencia larga, media y corta, hasta los que introdujeron después la frecuencia modulada. También conserva aparatos en los que había que sintonizar los diales de forma manual con una rueda y otros más modernos con escáner para sintonizar o con sistemas de pregrabado.

En sus años de trabajo y colección ha visto la evolución de estos aparatos y ahora vaticina el fin de los CD en favor de radios que se adaptan a los gustos y hábitos de los más jóvenes. "Ahora la gente joven nos pide que le quitemos la radio con CD y le pongamos aparatos adaptados para tarjetas de memoria, USB y con toma auxiliar para el MP-3 o el MP-4", afirma.

Además, dado que también trabajan el tunning , señala que ahora un aparato de radio va unido a unos bafles potentes: "Que meta mucho ruido es lo que ahora quieren los jóvenes, ellos lo que quieren es tocar la chapa del coche y que vibre y eso requiere mucha más potencia y alternadores preparados para el consumo". Además, se lamenta de que así "hay ya una generación de sordos".

Nada que ver con los aparatos que montaba hace 68 años. No tiene pensado exponer su colección, pero la sigue ampliando porque "me hace ilusión".