Todo empieza en las raíces, las profundas. Fueron ellas las que apenas pudieron ir al colegio porque había que ayudar en casa. Las que casi no tuvieron un día de descanso, aunque nunca cotizaron y nunca lograron su propia economía. El trabajo invisible. El segundo plano. Pero también fueron ellas quienes hicieron camino en silencio, quienes tiraron los primeros muros, quienes pusieron las semillas de la libertad que ahora viven sus nietas.

Le siguieron más raíces, las visibles. Mujeres que empezaron a romper moldes, que vivieron el final del franquismo en su juventud, que abrieron tímidamente la puerta de la universidad. Que cuestionaron los roles establecidos. Una generación de ruptura que puso los cimientos de una sociedad más igualitaria.

Esas raíces se hicieron fuertes en el tronco. De él surgieron mujeres que empezaron a desmontar algún que otro techo de cristal. Se visibilizaron los primeros referentes femeninos en profesiones de hombres. Se puso el foco en el maltrato, que siempre existió. Fue imparable la incorporación al mercado laboral (de manera ya oficial). Se convirtieron en la generación trampolín.

Del tronco salieron las ramas, que crecieron en libertad. Mujeres que han elegido otro tipo de vida, que despuntan en carreras técnicas, que identifican el machismo sin ambigüedades. Y que tienen un gran reto por delante: la conciliación y la corresponsabilidad.

Y de las ramas nacieron los frutos. Adolescentes y jóvenes que tenían la ruta marcada, pero que han sabido abrir nuevos senderos. Han dicho que el deporte femenino existe, que no quieren solo juguetes rosas y que también pueden ser ingenieras. Es una generación de puertas abiertas. Pero con la misma batalla por delante: la lucha por la igualdad.

Así se ha construido el árbol del feminismo. Así se alimenta y sigue viva la reivindicación. Así se ha escrito la conquista de derechos. Y así lo hemos querido reflejar en la edición de este año de la revista ‘Mujeres que hacen Extremadura’, a través de cinco generaciones que configuran ese árbol (las raíces profundas, las visibles, el tronco, las ramas y los frutos, tal y como se aprecia en la viñeta del dibujante Jorge Moraga que ilustra este texto).

En kioscos y puntos de venta

Este domingo, con motivo del 8M, EL PERIÓDICO EXTREMADURA ofrece esta publicación de manera gratuita en kioscos y puntos de venta. Se regalará con la compra de cada ejemplar del diario impreso.

‘Mujeres que hacen Extremadura’ reúne más de 60 voces femeninas que evidencian el camino andado. Y denuncian las tareas pendientes, como eliminar el rol de cuidadora que la sociedad impone y erradicar la violencia machista, que no deja de ser la consecuencia final de la desigualdad entre hombres y mujeres.

La revista está patrocinada por el Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex), dependiente de la Consejería de Igualdad y Portavocía. Consta de 92 páginas en las que se recogen entrevistas y artículos de opinión de mujeres de muy distintas esferas y ámbitos, y con edades muy diversas. Desde una vecina de Moraleja que ha cumplido ya 100 primaveras a una adolescente de 16 años de Mérida.

A todas ellas les une la misma semilla. Cada una a su manera alimentan ese árbol, desde las raíces profundas hasta los frutos, para seguir batallando por la igualdad.