El maquinista del tren Alvia siniestrado el miércoles, Francisco José Garzón Amo, se negó a declarar ayer por la tarde ante los inspectores de la brigada judicial de la comisaría de Santiago que se han hecho cargo de la investigación del accidente. Los policías acudieron a tomarle declaración a la habitación del hospital en el que permanece ingresado, en el área de cirugía torácica, aquejado de un hemoneumotórax consecuencia del impacto. En presencia de su abogado, del sindicato de maquinistas, el Semaf, el hombre se acogió a su derecho de no declarar.

El trámite no duró más de 10 minutos. Tras su negativa, firmó el acta de declaración y los investigadores abandonaron la habitación del hospital, custodiada por policías. El jueves a las ocho de la tarde, el maquinista fue detenido, se le leyeron sus derechos y fue imputado por 78 delitos de homicidio imprudente. En las próximas horas pasará a disposición judicial. Y aunque el jefe superior de la policía en Galicia, Jaime Iglesias, aseguró ayer que el juez le podía tomar declaración en el mismo hospital, algunas fuentes aseguraron que el maquinista ya se encuentra en condiciones de recibir el alta. Tras su ingreso, fue valorado por un psiquiatra que descartó cualquier riesgo de suicidio, a pesar del tremendo shock sufrido tras ser consciente de las consecuencias del accidente.

CHARLA EXTRAOFICIAL Fuentes próximas al maquinista explicaron anoche que la negativa a hablar era "lógica" ya que se desconoce todavía el contenido de la caja negra. Y aseguraron que se trata de una "necesaria estrategia de defensa" ante la "cacería" de la está siendo objeto.

A pesar de que ayer Francisco José Garzón no quiso declarar, si habló de manera extraoficial con la policía en el trayecto del lugar del accidente al hospital. Esa conversación no tiene ningún valor judicial, pero en ella, según fuentes de la investigación, el maquinista reconoció haber conducido al doble de la velocidad y, echándose las manos a la cabeza, aseguró haber perdido el control de la situación. "Se me fue de las manos, ha sido un error humano", dijo.

Una conversación muy parecida a la que mantuvo por teléfono con el servicio de emergencias de Renfe unos minutos después de la colisión y que quedó grabada. En ella el maquinista soltó: "Tenía que ir a 80 y voy a 190". La grabación fue entregada al juez el mismo miércoles por la noche. También expresó su deseo de que "ojalá" no hubiera muertos y habló de los "pobres viajeros". A la espera de lo que decida el juez que instruye la causa, la policía judicial continúa redactando el atestado.