El catálogo de juguetes de estas Navidades viene cargado de mucho humor y propuestas gamberras y escatológicas, un nicho que parece despuntar especialmente este 2016 con actividades como las de La salchicha loca, el Plátano sorpresa o ¿Quién ha sido? Estos son algunos de los más desopilantes.

La salchicha loca. Este año pisa con fuerza una longaniza colorada tamaño Gulliver, que ya ha puesto nervioso a más de un padre en el Reino Unido. «Gírame, estírame, apriétame, agítame, golpéame…», dice en el vídeo promocional el último invento de Giochi Preziosi, que se repite una y otra vez en cadenas infantiles como Boing y en Clan, y que ostenta un lugar estratégico e iluminado con leds parpadeantes en todas las superficies comerciales.

Selfie pets. ¿Se acuerdan de Pen-Pineapple-Apple-Pen, el viral del boli pinchado en una manzana y una piña? Pues este juguete integra a la perfección ese concepto: un muñecote incrustado en un palo de selfi. Pensado para niños a partir de 6 años, se trata de una de las novedades del catálogo 2016, y uno de los 17 juguetes estrella de la AEFJ.

El teléfono electrónico. Lo que hace unas décadas eran dos vasos de plástico conectados por un cordel que los niños se fabricaban solos, ahora llega modernizado de la mano de IMC Toys, aunque el auricular del teléfono rojo sea de un modelo de los años 60. Contiene 108 temáticas para hacer preguntas, con tres niveles de dificultad.

¿Quién ha sido? Esta especie de Cluedo, más sencillo y extremadamente más escatológico, busca encontrar al culpable de lanzar una ventosidad en medio de la sala. Goliath Games lo anuncia con el siguiente eslogan: El juego más perdorrrrtido, para captar la atención de niños de más de 5 años.

Plátano sorpresa. Unos niños vestidos de exploradores amazónicos innovan en las recetas de cocina mechando bananas con sus dulces favoritos: chocolate, helados, mermelada… «Mira, mira, el Plátano Sorpresa. Prepara tu merienda de forma original», cantan para atraer la atención. «¡Los plátanos nunca han sido tan buenos! La manera más divertida para comer sano», dice el espot.

Spy code. Se trata de practicar habilidades como la templanza. Hay que sacar el código secreto de una caja fuerte con un auricular que va dando pistas a los pequeños. A partir de 6 años.

Ca-ca-beza. Diset lanzó las Navidades pasadas este juego de mesa con el que todos los participantes acaban con una caca -como mínimo- por montera. A partir de los 6 años, se puede empezar a practicar velocidad y concentración. «Juega rápido o te pondrán una caca en la cabeza. Pulsa el tirapedos y ganarás. Wáter, caca… Gané», dice el anuncio del juego.

Treasure detector. «Frío, templado, caliente… que te quemas». Lo mismo de toda la vida, pero con un dispositivo electrónico es la apuesta revisada de la juguetera IMC para encontrar un tesoro oculto -unas llaves- en los armarios, en los cajones o en cualquier rincón.

Emotify. El juego se basa en «el lenguaje más escrito del mundo»: el de los emoticonos. Las caras amarillas llegan a los juegos de mesa en una caja con dos pantallas, 250 fichas de emoticonos a dos caras, ruleta, reloj de arena, saco de tela, dos pizarras y dos rotuladores.