TEtn Extremadura se blasfema menos que en el norte de España, pero cada vez usamos más los tacos. Antes era distinto. Recuerdo que la primera vez que dije cachondeo fui a confesarme. Hoy, hasta los confesores te sueltan palabrotas y desde luego, si los tacos fueran pecado, iríamos todos de cabeza al infierno. Entre los tacos, los apócopes del lenguaje de los móviles (q , tb , xq ) y las palabras saco, nos bastan mil vocablos para manejarnos, cuando lo normal es que usáramos 8.000. La palabra saco de moda es movida. Con ella, los jóvenes designan cualquier cosa: "Pásame la movida de cortar (cuchillo)... Me voy a la movida de conducir (autoescuela)... Déjame una movida para eso (preservativo)...". Con los tacos es igual. Usando con sentido el extremeño joé , no necesitas cansarte buscando más palabras.

Suena el despertador y sueltas un joé muy largo en vez de quejarte de la hora. Sale el agua fría, lanzas un joé y todo el mundo cierra los grifos del agua caliente de la casa. Te quemas con el café y tu irritado joé avisa de que habría que calentar menos la leche. El coche de delante no arranca en Sinforiano Madroñero y joé , el colega del Múltiples se ha puesto los vaqueros ajustados y joé , el Mérida ha perdido y joé . La cervecita fría, la siestecita reparadora, el notable del niño en Matemáticas, ¡ese pedazo de perrunilla!, la tarima flotante del vecino... Joé , joé , joé ... Como a nuestros antepasados de Maltravieso, con un gruñido nos basta para explicarnos y poco a poco nos vamos quedando sin vocabulario, perdón, sin la movida de las palabras.