Graduada en Administración y Dirección de Empresas (ADE) por la Universitat de Barcelona, joven y emprendedora, youtuber con más de 6.400 seguidores en las redes sociales. Y musulmana usuaria de velo. Ramia Chaoui, 23 años, se compró su primer burkini hace un tiempo por internet y asegura que nunca ha tenido problemas cuando lo ha usado.

"Lo llevé en un parque acuático en Marruecos y no se me hizo ningún desgarrón ni se me enganchó en ningún tobogán", afirma, después de comentar lo incomprensible que es para ella que este atuendo esté prohibido "por razones de seguridad" en algunas zonas de ocio de la costa catalana.

Ella lo usa, argumenta, "por comodidad y porque con él las mujeres pueden ejercer su derecho a la intimidad, algo que hasta ahora era difícil". "Soy perfectamente consciente de que aquí, cuando estoy en la playa, la gente me mira. Pero la verdad es que eso solo dura un momento... Y si hay alguien que insiste en no quitarme la vista de encima, yo le dedico una sonrisa y ya está", cuenta alegre.

Hay en Ramia cierta resignación a sentirse observada. "Sí, desde que me puse el velo en el instituto", indica. Por eso, porque lleva tantos años dando explicaciones, porque quiere normalizar la cultura musulmana, los hábitos musulmanes y sobre todo la figura de la mujer musulmana en España, Ramia puso hace un año en marcha su canal en Youtube (ramiaschannel). "No me importa explicar tantas veces como haga falta cómo somos", proclama. "Creo que en cierto modo estoy desempeñando una labor pedagógica y sonríe de nuevo. Hay que normalizar el que una mujer pueda ir a una entrevista de trabajo con la cabeza cubierta con un velo, que se la vea con el pañuelo en el cine o tomando algo con los amigos, y también que pueda ir a la playa con burkini", defiende.

El debate sobre el burkini se ha encendido estas últimas semanas entre sus seguidores. "Quizá ahora llevaban ya unos días sin hablar de nosotros, los musulmanes, y era necesario volver a hacerlo", dice con ironía. "Y el Estado francés, con su paternalismo habitual, sobre todo hacia la mujer musulmana, ha dado un nuevo motivo de discusión", agrega. ¿Paternalismo? "Es que nos hacen sentir como si fuéramos niñas- No, mejor, como si fuéramos tontas, como si no supiéramos elegir", protesta.

La situación, prosigue, ya está lo bastante caldeada como para "ir y prohibir el burkini". "De todos modos, lo más terrible denuncia es que se vuelva a instrumentalizar a la mujer musulmana en un debate que es político".