Con gritos de 'Viva el Papa' y aplausos, las puertas del Palacio de Castelgandolfo se han cerrado a las 20.01 horas de este jueves, momento en que la Guardia Suiza se ha retirado, dando por finalizado el pontificado del cardenal Joseph Ratzinger tras 2.872 días, dos horas y 10 minutos, intensos hasta el último, más aún desde que el pasado 11 de febrero, Benedicto XVI anunciara su renuncia por falta de fuerzas y por el bien de la Iglesia, convirtiéndose en el primer Papa que renuncia en 700 años. "No abandono la cruz", precisó en su última audiencia, aunque días antes había indicado que permanecería "oculto para el mundo".

Joseph Ratzinger ha llegado a las 17.30 a Castelgandolfo, la localidad de veraneo de los papas, al sur de Roma, horas antes de que se haga efectiva su renuncia como pontífice, a las 20.00 horas, y comience la Sede Vacante hasta la elección de un nuevo Papa.

Tras abandonar el Vaticano en un helicóptero del Ejército italiano acompañado de su inseparable secretario, el padre georg, el todavía Benedicto XVI se dirigió al palacio pontificio de esta localidad del Lazio, donde permanecerá hasta que haya un nuevo pontífice y se enclaustre en un monasterio dentro del recinto del Vaticano.

"Ya sabéis que este es un saludo distinto a los anteriores, ya no soy Pontífice, lo soy hasta las 20.00 horas pero ya no más --ha precisado desde el balcón del palacio papal de Castelgandolfo, donde ha hecho una breve alocución--. Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra".

El Papa ha bendecido "de corazón" a los presentes, les ha vuelto a dar las gracias y ha deseado buenas noches a todos los presentes, que no han dejado de aplaudirle y vitorearle desde que ha aparecido en el balcón.

Ratzinger vivió sus últimas horas como pontífice con una recepción a los cardenales, a quienes prometió obedecer a su sucesor.

"Prometo respeto incondicional y obediencia al nuevo Papa", ha afirmado Benedicto XVI ante los cardenales que se despidieron de él en el Vaticano, en su último día como papa.

"Entre vosotros está el futuro papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días (del cónclave)", afirmó Benedicto XVI, al que se le vio sereno y sonriente, en el discurso de despedida a los cardenales.

El papa Ratzinger destacó la cercanía, solidaridad y consejos recibida de los cardenales en sus ocho años de pontificado. Benedicto XVI abogó para que el Colegio Cardenalicio sea "como una orquesta, en la que la diversidad pueda llevar a una armonía acorde".

El Obispo de Roma se refirió a la Iglesia y dijo que ésta no es una "institución inventada por alguien, construida sobre una mesa, sino una realidad viviente, que vive transformándose aunque su naturaleza sigue siendo siempre la misma, ya que su naturaleza es Cristo".

El papa se despidió de los cardenales en la monumental Sala Clementina. Asistieron un centenar y tras sus palabras departió uno a uno con todos los purpurados. En nombre de ellos, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, le expresó "gratitud" por sus ocho años de pontificado y el ejemplo" que les ha dado en este tiempo.