Nueva telecomedia, blanca, para toda la familia, incluso para los niños más pequeñitos: Los Serrano (Tele 5). O sea, la boda de Belén Rueda y Antonio Resines , aportando cada uno su correspondiente equipaje de otros matrimonios anteriores: ella dos hijas y él tres hijos. Es decir, los cereales chocokrispis peleándose con la miel de las cornflakes, cada mañana, en los desayunos de la cocina. ¡Ah! tanta originalidad nos aterra. Resines y sus chicos son toscos, torpes, garbanceros y del Real Madrid. Belén y sus hijas son delicadas, leen poesía, y una de ellas tiene un novio catalán que toca la guitarra bajo un póster del Che Guevara. A pesar de la dura batalla matinal por ver quién se mete en el baño primero, son felices y se aman enormemente. Cabe advertir a los fabricantes de este colacao que eso ya lo hicieron, hace 35 años, Lucie Ball y Henry Fonda en el filme Tuyos, míos, nuestros . Allí arriesgaron más: ella aportaba 8 hijos, y él diez. El cacao era muy superior.

Aznar en fondo negro --. Nos faltaba comentar la entrevista que le hicieron a Aznar el lunes en TVE-1. Al concluir el Telediario-2 nos dijo el presentador: "A continuación el Presidente del Gobierno será entrevistado por Alfredo Urdaci y... otros profesionales de RTVE". O sea, faltaban cinco minutos y aún no sabían a qué profesionales --aparte de Urdaci-- habían podido pillar para el evento. Qué cosas. Al final, vimos que se prestaron Baltasar Magro y Manuel Ventero. Lo hicieron muy bien. Fue un ejercicio consecuente: si antes Aznar se hizo entrevistar para convencernos de la guerra, ahora tocaba justificar lo bien que han salido los bombardeos. Lo mejor, no obstante, fue la labor del escenógrafo: pintó el plató de negro intenso. Acertó. Tétrico.