Lleva nueve años viviendo en Cáceres, a donde llegó por casualidad tras salir de su Colombia natal para probar suerte. Esta será la tercera vez que elija qué gobernante quiere tener en su ciudad extremeña porque tiene la doble nacionalidad y por lo tanto el acuerdo de reciprocidad que Colombia y España han alcanzado a él no le afecta.

El motivo por el que dice que participa en todos los comicios es claro: "soy un buen ciudadano y los malos mandatarios los eligen los que no votan". Desencantado con la política municipal, porque "muchos compromisos electoralistas pero luego a la hora de la verdad no les interesamos después de las votaciones", dice que aún se tiene que decantar por un candidato, lo que considera lo más importante aunque mantenga más afinidad con unas ideas.

Por este motivo precisamente considera que la política extremeña es regular. "No hay buenos candidatos", insiste. Por ello antes de elegir su voto espera ver el programa electoral de cada partido y sus compromisos con la inmigración. "Ya no buscamos beneficios para los que estamos aquí, sino para los que vienen de nuevo. Es fundamental que tengan más facilidades para conseguir un empleo y no optar siempre a lo más bajo y lo peor", sentencia. Ni la gestión ni las caras le acaban de convencer por eso ha pensado en más de una ocasión meterse en política, "no lo descarto algún día".