Tras una depresión gravísima que se ha alargado durante ocho años, por primera vez existe consenso general sobre unas perspectivas más optimistas de la economía española. Sin embargo, nunca la economía se había utilizado tanto como una arma electoral por parte de todos los partidos políticos como ha sucedido en las recientes elecciones generales y nunca el mapa político en España había sido tan incierto tras la superación del bipartidismo.

La agenda económica será sin duda el elemento central de discusión en la formación del futuro Gobierno español en los próximos meses. Porque si bien es cierto que la Comisión Europea (CE) en sus previsiones económicas sostiene que España crecerá este año un 3% impulsada por la demanda doméstica, la baja inflación y el tirón de las exportaciones, no hay que olvidar que España tiene un agujero en las cuentas públicas del 2015 y del 2016 que podría obligar al Gobierno español a aplicar este año un recorte de 10.000 millones de euros para cuadrar el déficit. Y no hay que olvidar lo más preocupante: España es el segundo país de Europa con más paro, por detrás de Grecia, y la tasa de desempleo no bajará del 20% este año.

El sistema de pensiones

Sobre la mesa del futuro Gobierno están temas de gran calado. El más urgente es crear empleo de calidad, pero también hay que abordar un gran pacto para garantizar a futuro el sistema de pensiones y lograr que la recuperación de la economía llegue a las personas que más sufren los efectos de la crisis.

El PP, que es el que ha ganado las elecciones generales, pero sin mayoría para formar Gobierno, ha prometido rebajas de impuestos. El PSOE, que está en plena batalla interna por el liderazgo de Pedro Sánchez, se comprometió durante la campaña electoral a revertir la reforma laboral del PP. Ciudadanos, que es el único partido que se ha mostrado a favor de abstenerse para investir al PP, ha hecho de su programa económico, que incluye el contrato único, su gran baza electoral. Finalmente, Podemos reclama un plan de emergencia social y su plan de choque contra el paro incluye destinar 25.000 millones de euros a reactivar la economía.

Mientras la economía española ha tomado una inercia de crecimiento ayudada por factores externos, como el petróleo bajo y el euro débil, la eurozona sigue sin salir de su atonía. Y el mismo BCE no descarta seguir tomando más medidas para lograr que los países del euro reactiven su crecimiento. Las amenazas exteriores no son pocas. Los países emergentes, Brasil y China, pueden ser un foco importante de inestabilidad de la economía internacional.