La única diferencia con sus colegas de Las Vegas está en los apellidos. Grisson ha sido sustituido por Flores o Guerrero, pero el método de trabajo de la Policía Científica de Extremadura es el mismo que el realizan los agentes de C.S.I. (Crime Scene Investigation) .

El impacto de la serie de televisión entre la audiencia extremeña ha sido tal que los agentes de la Brigada de Badajoz aseguran que mucha gente les llama para saber cómo trabajan y los jóvenes acuden a la comisaría para ver de cerca cómo son y qué hacen. "Muchos de ellos vienen diciendo que quieren ser policías científicos y nosotros les decimos que estos agentes, además de policías, son licenciados en varias materias", asegura el inspector jefe José Francisco Flores. Y es que los agentes extremeños, además de agentes, son químicos, ATS, expertos en Antropología...

Lo primero que sorprende al llegar a la unidad de la Policía Científica es el uniforme --todos llevan batas blancas-- y el olor a laboratorio. Dos aspectos que rompen con la imagen tradicional de la policía y que sirven para identificar a unos agentes que han decidido cambiar la lupa por la pistola.

Las pruebas científicas, por su objetividad, suelen tener en el juicio más fuerza que cien testimonios juntos, y eso lo saben los agentes de la Policía Científica de Extremadura, quienes se afanan en recolectar muestras desperdigadas y huérfanas, que más tarde cotejarán con las de un sospechoso. Pero, ¿cómo trabaja el C.S.I extremeño?

PRIMERO, ACOTAR EL TERRENO

Lo primero que hay que hacer es acordonar la zona del delito para que nadie toque o borre una prueba por insignificante que parezca, "para que no se contaminen", aseguran los agentes. Así, el terreno queda acotado para los chicos del maletín, con sus pinceles sedosos y los polvos para sacar huellas --blancos, negros o fosforescentes, según la superficie a investigar--.

"Nos ponemos en el papel del autor del robo o del crimen, intentamos saber cómo actuó y buscamos restos y vestigios en base a ello. La inspección ocular es la parte más importante. Una huella de zapato, una colilla, restos de sangre, un cabello... todo vale en principio", indica Flores.

Lo que realmente queda en el lugar del delito es la mancha orgánica de la huella, que aparece cuando se aplican con la brocha los famosos polvos denominados cerusa, que son carbonato de plomo. Luego, la huella se fotografía, se digitaliza y se introduce en un ordenador conectado al programa SAID (Sistema Automático de Identificación Dactilar) --idéntico al de la serie de televisión-- que compara las muestra con el millón de huellas que contiene la base de datos hasta encontrar coincidencias.Hace pocas fechas la Policía Científica extremeña ayudó a la portuguesa a identificar a una mujer que había aparecido muerta en el país luso. Sus huellas estaban en la base de datos. Pero otras veces, aunque se identifique al dueño de la huella de un delito no se produce su detención.Este fue el caso de un robo ocurrido meses atrás en Don Benito, en donde unos delincuentes pincharon las ruedas al vehículo de un joyero, que tuvo que llevar el coche a un taller de la ciudad. Los ladrones entraron en el taller y se llevaron unos 240.000 euros (40 millones de pesetas), pero también dejaron alguna huella que sirvió para identificarlos, aunque todavía no han sido detenidos.TODO VALEPero las huellas son una mínima parte de las muestras que pueden recoger los agentes. Agua, tierra, plantas, polen, insectos... todo vale. "Son cosas que nos pueden ayudar a establecer la fecha de la muerte, el lugar, la causa. Por ejemplo, si aparece alguien muerto en el río extraemos agua de los pulmones para ver si se corresponde con la del río o es de una piscina. Todas estas muestras las analizamos en el laboratorio y con las que no disponemos medios para hacerlo las enviamos a Madrid o Sevilla", señala el inspector jefe.Además, los agentes toman fotos sobre el terreno y realizan un vídeo, además de hacer actas y levantar planos de la zona.Para completar el trabajo, la Policía Científica extremeña mantiene una estrecha colaboración con los médicos forenses, aunque en este apartado las cosas no son como en la serie de televisión. "En la serie está todo a mano, el forense está en la habitación de al lado, tienen todo el instrumental necesario y las pruebas se realizan rápidamente", ironiza el inspector jefe Flores.Pero sí es cierto que se trabaja conjuntamente. "Nosotros apuntamos a los forenses las hipótesis con las que trabajamos y ellos nos van informando de lo que encuentran en la autopsia".Un duro trabajo para poner las cosas más difíciles a los criminales.