Mensajes erróneos que están provocando confusión y equivocando conceptos. Lo vive en su día a día. Por eso desmentir bulos se ha convertido en una de sus principales labores. ¿La manera? Dando información. Explicando la realidad que afronta en su trabajo. Carmen Fraire Pérez es la jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno en Extremadura. Este cargo existe en todas las comunidades autónomas desde 2007. Fraire trabaja desde Badajoz y cuenta con el apoyo de la unidad cacereña, al frente de la cual está Nuria Gómez Carmona.

-¿Por qué se cuestiona tanto la ley de violencia de género?

-Es difícil, desagradable y penoso para las mujeres presentarse en una comisaría a denunciar a su pareja o expareja. Van con miedo. Le tienen que contar su vida íntima a unos desconocidos. Discrepo absolutamente de que existan tantas denuncias de hechos que no son ciertos. Nosotras nunca hemos percibido fraude. Lo que sí podemos decir es que hay un gran mayoría de mujeres que no denuncia, hay muchas cosas que nunca salen a la luz, sobre todo en las localidades pequeñas. Donde todo el mundo se conoce es muy difícil dar ese paso. Muchas se divorcian pero no denuncian.

-¿Cómo es el protocolo desde que se pone la denuncia hasta que el juez decide las medidas?

-Una vez que la mujer pone la denuncia es el policía el que hace la valoración de riesgo y, en función de la misma, se deciden las medidas. Cuando estás al frente de un caso así, no te arriesgas a que pueda ocurrir algo, te basas en las estadísticas y en las datos que hay, de manera que el agente protege a la mujer. Pero es que además, cuando se trata de una intervención de la policía y vemos alguna señal, un desorden en la casa o un golpe, por ejemplo, directamente actuamos y procedemos a la detención aunque la mujer lo niegue. Desde 2003, cuando empezó el recuento oficial, llevamos 979 víctimas mortales. Por ello, es cierto que en la gran mayoría de las veces el hombre que es denunciado pasa la noche en la comisaría, en el calabozo, por decisión del agente. Al día siguiente pasa a disposición del juez, que valora el caso y decide las medidas de protección que son necesarias. Ahora mismo tenemos tres casos de riesgo alto en Extremadura. Y 185 presos por delitos relaciones con la violencia de género. La mayoría de las veces por quebrantar las medidas de seguridad.

-Dicen que la ley perjudica al hombre y que no le protege cuando él es la víctima.

-La ley se aprobó, como reconoció la ONU en 1995, porque «la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad». La ley no castiga, ni tipifica los delitos, eso lo hace el Código Penal. La ley establece medidas en muchos ámbitos: sensibilización e intervención en el ámbito sanitario para la detección precoz, publicidad para respetar la dignidad de las mujeres, educación en igualdad a los jóvenes y menores, ayudas económicas y psicológicas para la recuperación de las víctimas. También hay bonificaciones para la contratación de mujeres víctimas de la violencia de género, pero pocas expresan su problema y su condición al ir a buscar trabajo por el estigma que supone. Y en referencia a cuando son ellos los agredidos por una mujer, a ella se le castiga igualmente por delitos de coacciones, lesiones, amenazas... como a cualquier ciudadano. Y además se le pueden aplicar otros agravantes por parentesco y salir peor parada. Hay otras veces que las agresiones son mutuas y se les detiene a los dos. Pero estos casos son los menos. Tal y como nos confirmas las estadísticas, en la mayoría de los casos es ella la que denuncia porque es la víctima, porque es la que ha sufrido ataques físicos y psicológicos.

-También dicen que los hombres, cuando son víctimas, no reciben ayudas.

-En caso de agresión de una mujer a un hombre, cuando se trata de violencia doméstica, pueden solicitar la renta activa de inserción (RAI), al igual que las mujeres. Y en las oficinas de atención a las víctimas de delitos violentos, dependientes del Ministerio de Justicia, se atiende a personas de diferente sexo, pero la mayor parte de quienes acuden son mujeres. Después hay víctimas que van para su recuperación a la Casa de la Mujer, cuya psicóloga solo atiende a mujeres que son víctimas de la violencia de género.

-¿Necesita algún cambio la ley de violencia de género?

-Aún le queda mucho recorrido. Se necesitan más recursos porque son muy escasos. Es muy difícil independizarse, más con hijos a cargo. La renta activa de inserción son 432 euros. El último cambio introducido, por ejemplo, era muy necesario: poder hacer la valoración psicológica de los menores sin la autorización del padre, antes no se podía.