La Hospedería de Orellana la Vieja cerró en el año 2008 tras la quiebra de la empresa privada a la que se había adjudicado su gestión. Tampoco le fue muy bien al grupo de hosteleros catalanes que se hizo con la concesión de la del Jerte y el establecimiento no ha vuelto a abrir sus puertas desde que estos renunciaron a su explotación, en diciembre del 2007. Y en el caso de la unión temporal de empresas (UTE) que se hizo cargo, entre 1999 y el 2006, de la de Monfragüe, el consorcio dejó a deber a la Junta cerca de 100.000 euros por impago del canon anual del contrato gestión. Estos tres casos, más las noticias que llegan a oídos del empresariado, hacen que desde el sector privado se dude seriamente de la rentabilidad de las hospederías de la Administración regional.

"Son ruinosas. Prácticamente todas rondan el 25 o 30% de ocupación media anual, excepto la de Hervás, que tiene una demanda muy alta", comenta Avelino Ramos, presidente de la Asociación de Empresarios del Turismo de Monfragüe. Coinciden con él otros hosteleros de la región, que prefieren mantenerse en el anonimato para no tener problemas con el Ejecutivo. Para la directora general de Turismo, Ana Parralejo, estas dudas están actualmente fuera de lugar. Prueba de ello, dice, es la proyección que tienen las seis hospederías que están abiertas.

Los establecimientos de Llerena, Hervás, Hurdes, Monfragüe, Alcántara y Garrovillas sumaron 13.577 clientes en el 2008, 24.261 en el 2009 y 31.939 en el 2010. Es decir, en tres años la demanda de usuarios se ha duplicado.

Esta evolución favorable ha coincidido con el cambio del modelo de gestión. Desde el 2008, las seis hospederías abiertas están dirigidas por la empresa pública Gebidexsa, que también se encarga de tres campamentos públicos en la región y de los palacios de congresos de Badajoz, Mérida y Cáceres. Hasta entonces la Junta había probado la fórmula de las concesiones a empresas privadas, con los resultados descritos anteriormente. "Los resultados no fueron los deseables --admite Parralejo-- y pasaron de forma progresiva a ser de gestión pública. Ahora los resultados son muy positivos. Fue una buena decisión. Nos ha permitido tener una red y gestionarla como red, aprovechando sinergias y ahorrando costes".

El doble de clientes

La progresión parece, cuanto menos, positiva. Pero esta decisión implica que la Junta tiene que financiar año tras año estos establecimientos. De acuerdo con los propios datos aportados por la Consejería de Cultura y Turismo, la inversión media por hospedería fue de 57.000 euros en el 2010 solo para su mantenimiento; una cifra que, no obstante, es sensiblemente inferior a los 140.000 euros de media que requerían en el 2008. "El aumento de clientes las hace cada día más autónomas", explica la directora general. Para este año, la asignación presupuestaria conjunta para costear su funcionamiento llega a los 620.000 euros, a los que hay que sumar 1,6 millones para los proyectos de Villafranca, Castuera, Fregenal dela Sierra y Herrera del Duque; y también parte de los 3,6 millones que la consejería aporta al capital de Gebidexsa.

Desde la Junta se insiste en que la red de hospederías "no es un gran despilfarro de dinero público". E insisten en que, más allá de las cuentas económicas de explotación, hay una rentabilidad "muy grande pero no cuantificable". "Son un elemento de promoción de la región, dada su calidad y las importantes campañas de márketing en las que participan dentro de las ferias turísticas más importantes; atraen visitantes a sus comarcas, generando ingresos para el sector; contribuyen a mantener el patrimonio arquitectónico --prácticamente todas son rehabilitaciones de edificios históricos-- y generan empleos directos e indirectos", defiende Ana Parralejo.

El dato que aporta Gebidexsa es que cada hospedería cuenta, de media, con 18 trabajadores; una cifra que se amplía en temporadas altas. "Hay que tener en cuenta lo que supone esto para un municipio como Torrejón el Rubio, por ejemplo, con 731 habitantes". Además, en muchas de sus ofertas incluyen a negocios locales, como empresas dedicadas a realizar rutas por el entorno o a deportes de riesgo, o también la venta de productos de artesanía y alimentación de la región en tiendas abiertas en las propias hospederías. "Sí ayudan a empresas de distintas actividades, pero apenas tienen repercusión positiva sobre los establecimientos comerciales y de restauración de los pueblos, porque sus clientes duermen en la hospedería pero durante el día viajan a Mérida, a Plasencia, a Cáceres, a Trujillo...", lamenta un empresario del sector turístico.

Importantes a nivel local

Más optimistas son los alcaldes, que ven en estas iniciativas todo un revulsivo para sus municipios. "Ojalá tuviésemos más", asegura Luis Mario Muñoz, regidor de Alcántara. "Da empleo a una veintena de personas, la mayoría del pueblo, y da un plus a la vida cultural de la comarca mediante exposiciones y concursos", continúa. "Para nosotros fue todo un revulsivo turístico y fue muy importante para nuestro desarrollo; un motor que esperamos recuperar en breve", corrobora Antonio García, alcalde de Jerte.