Extremadura está a la cola en cuanto a custodias compartidas. Si bien la situación ha mejorado en los últimos años, los juzgados extremeños solo determinaron que los niños debían pasar el mismo tiempo con el padre que con la madre en 159 casos de los casi mil divorcios que tramitaron entre parejas con hijos, lo que supone un 16% del total, lejos del 30% de los casos en los que se opta por esta figura en el resto de España. La opción preferente (un 77% de los casos) fue un año más la monomarental, mientras que únicamente en un 5,9% de los procesos fue el padre el que asumió la tutela de los menores, según los últimos datos publicados por el INE, correspondientes al 2017.

Pese a que no existe una legislación uniforme (algunas autonomías lo han regulado con normativas propias pero no hay una ley nacional) y tampoco hay consenso político al respecto, la custodia compartida se va abriendo paso en toda España y también en la región, aunque a un ritmo mucho menor. De hecho, aunque en Extremadura sea donde menos incidencia tiene la custodia compartida, el porcentaje de rupturas en la que se determina este modelo de tutela de los hijos se ha duplicado desde el año 2013 (entonces fue del 7%) el primero del que constan datos regionales. A nivel nacional, los datos del último año triplican las cifras que se registraban hace una década.

«No es un problema de mentalidad en los jueces. Ellos actúan velando por el bien del menor, en función de lo que piden los abogados de las partes y los abogados hacemos lo que nos demandan nuestros clientes», señala Andrés López Rincón, abogado experto en procesos de divorcio que reconoce la tendencia que impera aún es la de solicitar la custodia para la madre de los niños, aunque se empieza a percibir un cambio de mentalidad: «los hombres ya acuden al abogado con la propuesta de solicitar la custodia compartida de sus hijos». Y las mujeres, según añade, también comienzan a aceptar este modelo para el cuidado de los hijos en común.

En todo caso, según otras fuentes jurídicas consultadas, también se siguen dando casos en los que se reclama la custodia de los hijos porque aquí eso lleva aparejado el uso de la vivienda familiar (en Cataluña, por ejemplo, se ha desvinculado de la custodia el uso de la vivienda, para evitar que uno de los progenitores la solicite para sí por interés material), del mismo modo que hay casos en los que se solicita la custodia compartida para evitar el pago de la manutención de los hijos. Los jueces son quienes deciden la mejor opción para los menores si no hay acuerdo en la pareja.

No hay un criterio uniforme al respecto. El Código Civil contempla la custodia compartida, pero únicamente de forma «excepcional» aunque el Tribunal Supremo ya se refirió en una sentencia de 2013 a este régimen de cuidados como «lo normal o deseable». Ante ese panorama, lo habitual es que la custodia compartida se otorgue sin problema si hay acuerdo por parte de ambos progenitores y en los casos en los que no haya acuerdo la decisión se establezca en función de lo que hayan solicitado los padres (puesto que la jurisdicción está rogada y por tanto se da si se pide) y de lo que determinen los análisis que realiza el equipo psicosocial por encargo del juzgado, sobre las circunstancias de los progenitores y de los menores. «El fiscal siempre va a velar en el proceso por el bienestar de los menores», asevera el abogado.

caso por caso/ «No se trata de imponer la custodia compartida porque hay que ver caso por caso. Pero queda mucho trabajo por hacer en Extremadura y hay que abordarlo», afirma José Carlos Hernández, de la Asociación Custodia Compartida de Extremadura. A su juicio se tiende a mezclar dos cuestiones que «no tienen ninguna relación» y que están perjudicando a los padres con hijos tras un divorcio: «la ley está sobreprotegiendo a la mujer muy por encima del niño, y cuando se habla de custodia compartida se mezcla habitualmente con la violencia machista, como si todos los padres fuéramos unos maltratadores», denuncia Hernández. En su caso sí que lo achaca a un problema de «mentalidad» tanto por parte de las familias como «de los jueces» y recuerda, además, que la situación dista mucho entre las regiones que abogan por la custodia compartida (en las del arco Mediterráneo es así y el porcentaje de custodias compartidas está entre el 25% y el 50%) y las que no lo tienen, como Extremadura.

En la región se han registrado en el último año un total de 1.810 divorcios de los que casi la mitad (47%) corresponden a parejas con hijos menores a su cargo.