Pilotados por José María Aznar, presa de la arrogancia tras lograr la mayoría absoluta, Gobierno y PP han perdido el favor del electorado. Estas son las diez claves que explican la derrota de Mariano Rajoy.Falsa autoría de la masacre de MadridLa matanza del 11-M dio la puntilla a un Gobierno más preocupado en no perder las elecciones que en trasladar toda la información a la ciudadanía. El PP usó la lucha antiterrorista como arma arrojadiza contra el PSOE, sobre todo tras divulgarse la entrevista con ETA de Josep Lluís Carod-Rovira, aliado de los socialistas catalanes. Este uso electoral del terrorismo motivó la siguiente paradoja: la masacre de Madrid beneficiaba al PP en las urnas si la culpable era ETA, pero le perjudicaba si era obra del terrorismo islámico, y por tanto consecuencia del apoyo del Gobierno a la guerra de Irak.

Por eso Aznar y su ministro del Interior, Angel Acebes, se empeñaron desde el primer momento en achacar el 11-M a ETA, ocultando las pruebas que apuntaban a Al Qaeda. El jueves, cuando Acebes tachó de "intoxicación miserable" la pista islámica, la policía ya había hallado una cinta en árabe en la furgoneta usada por los terroristas. La policía, entretanto, alertaba sin éxito a Interior de los indicios que señalaban a Al Qaeda.

Al fin, Acebes hubo de admitir que también se investigaba la pista islámica, pero tras la reivindicación de Al Qaeda siguió acusando a ETA. Indignada, la policía detuvo el sábado a cinco integristas en Madrid. Miles de ciudadanos se echaron a la calle para protestar por las maniobras de ocultación del PP.Del ‘caso Pretige’ al retraso del AVEEl Ministerio de Fomento, con Francisco Álvarez-Cascos al frente, ha contribuido decisivamente a la impopularidad del Gobierno. Su decisión de enviar el Prestige "al quinto pino", cuando el temporal amenazaba con resquebrajar el maltrecho petrolero, agravó la catástrofe ecológica. Muchos expertos denunciaron entonces que Cascos no recabó suficientes informes independientes antes de ordenar el alejamiento el barco, lo que extendió la mancha de chapapote hasta las costas francesas. El ministro jamás reconoció haber cometido error alguno.

Cascos tampoco quiso asumir responsabilidades políticas por el retraso de la inauguración de la línea del AVE Madrid-Barcelona, prevista para este mismo año y pospuesta, al menos, hasta el 2007. Ni por la tardía y accidentada apertura de la línea Madrid-Lleida. Ni por el incremento del 38% en el coste de las obras. Ni por los socavones detectados en el trayecto, de los que advirtieron los geólogos en varios informes que el Ejecutivo desoyó. Ni por los accidentes en la línea ferroviaria convencional, fruto de recortes presupuestarios.

Cascos se ha empeñado en desmentir cada uno de los errores que le achacaba la prensa. Y al fin, tras revelarse que Fomento compró varios cuadros a la galería de arte de su compañera sentimental, el ministro anunció su retirada de la política. Eso sí, en campaña ha inaugurado obras del AVE pese a la prohibición de la Junta Electoral.Una guerra contra la voluntad popularContra la voluntad de la inmensa mayoría de los españoles, José María Aznar apoyó la guerra de Irak y fue uno de sus promotores, junto a George Bush y Tony Blair, en la célebre cumbre de las Azores. El respaldo sin fisuras del presidente al belicismo de Washington desató movilizaciones multitudinarias en toda España. Al comienzo, Aznar reaccionó a las protestas con desdén. Luego, ante la magnitud de las manifestaciones, dijo comprender --e incluso compartir-- el sentimiento de los españoles, pero les avisó de que eran manipulados por "el de la pancarta", como aludía despectivamente a José Luis Rodríguez Zapatero. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, actuó de fiel portavoz de Aznar durante la crisis, y en la ONU se distinguió por su extrema acritud hacia los contrarios a la guerra.El clamor de las víctimas del Yak-42El 26 de mayo del pasado año, 62 militares españoles fallecieron en Turquía cuando volaban de regreso de Afganistán. El avión ucraniano que los transportaba, un vetusto Yakovlev-42, se estrelló tras varios intentos frustrados de aterrizaje. Casi diez meses después, los familiares de las víctimas siguen clamando unas explicaciones que el titular de Defensa, Federico Trillo, todavía no les ha ofrecido.

Trillo aseguró en un primer momento que el avión accidentado tenía todas las garantías de la agencia de la OTAN que lo fletó, pero ante el desmentido de la Alianza tuvo que rectificar. Tras defender esta modalidad de vuelos, destinados a ahorrar costes y basados en múltiples y oscuras subcontratas internacionales, Trillo tuvo que cancelarla ante la polémica suscitada. El dolor de las familias se tradujo en reproches al Gobierno durante los funerales de las víctimas.

Ante la falta de información del Ejecutivo, las familias han acudido a los tribunales. Defensa ha llegado a acusarlas de dejarse manipular por el PSOE.La satanización del nacionalismo vascoComo con el terrorismo, con el nacionalismo no se pacta; se le derrota. Esta es la máxima, inspirada por el extitular de Interior Jaime Mayor Oreja y ejecutada por Aznar, que el Gobierno ha aplicado sin compasión en Euskadi. Desde que el PNV firmó el Pacto de Lizarra, prólogo de la tregua de ETA en 1998, el PP se ha empleado a fondo en demonizar al nacionalismo vasco con el objetivo de echarlo del poder.

El PP se avino a firmar el pacto anti-ETA con el PSOE a cambio de articular un frente anti-PNV en el País Vasco que, a la postre, reforzó a los nacionalistas. A la patrimonialización de la lucha contra ETA y de las víctimas se ha sumado un feroz hostigamiento al PNV y al Gobierno vasco, hasta el punto de reformar el Código Penal para amenazar con la cárcel al lendakari, Juan José Ibarretxe, si llevaba a cabo su referendo estatutario. El PHN como arma de confrontaciónEl Gobierno sacó adelante en el Congreso el Plan Hidrológico Nacional (PHN) con el apoyo de CiU y CC y los votos en contra del resto de fuerzas. Su proyecto más polémico es el trasvase del Ebro, que prevé detraer de la parte baja del río 1.050 hectómetros cúbicos de agua anuales para abastecer a Barcelona (ramal norte) y al resto del litoral mediterráneo hasta Almería (ramal sur).

El rechazo suscitado en Aragón le costó al PP el Ayuntamiento de Zaragoza (Belloch) en las pasadas municipales y la consolidación de Marcelino Iglesias en las autonómicas. También contribuyó en Cataluña al desgaste de CiU, que le llevó a perder la Generalitat. La gran mayoría de los catalanes consideran que el trasvase destruirá el frágil equilibrio del Delta del Ebro. En la Comunidad Valenciana y Murcia, en cambio, el PP cimentó sus mayorías absolutas, dejando al PSOE bajo mínimos.

El Gobierno y el PP han utilizado el PHN como símbolo de su coherencia política respecto a la unidad de España ante la supuesta desvertebración del PSOE, que, de acuerdo con los populares, mantiene distintas posiciones según la comunidad desde la que habla. La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, se convirtió en el rostro del proyecto, que se ha puesto en marcha con la salida a concurso del suministrador de tuberías. El PSOE se ha comprometido a paralizar la obra.