Las aportaciones del Estado y la Unión Europea en forma de subvenciones suponen el 19% del PIB regional, que ronda los 14.000 millones de euros, lo que demuestra la alta incidencia de estas ayudas en la economía extremeña.

Extremadura es la región que más fondos recibe del Fondo de Compensación Interterritorial en función de su población y la tercera de España en términos absolutos, tras las comunidades de Andalucía y Galicia.

El Fondo de Suficiencia es el que debe garantizar la prestación de los servicios, y se otorga con independencia de los recursos generados en cada comunidad. Este es el punto más cuestionado por regiones como Cataluña, que pretenden un reparto en función de lo que se genere en el territorio.

Los fondos estructurales de la UE tienen como objetivo impulsar la economía de los territorios más desfavorecidos subvencionando actuaciones en materia de infraestructuras y empleo.

Bruselas también concede las ayudas a las rentas de los agricultores que se encuadran dentro de la Política Agraria Comunitaria.

Otra pérdida añadida para Extremadura, que casi seguro que se producirá, es la de los Fondos de Cohesión. En este caso quien los pierde es el Gobierno español, pero Extremadura no podría beneficiarse de las actuaciones que el Estado viene impulsando con este dinero. Al depender de proyectos, la cuantía que se invierte en cada territorio es variable según distintos parámetros. Sin embargo, valga como ejemplo que es con estos Fondos de Cohesión procedentes de la Unión Europea con los que se ha financiado la línea del AVE entre Madrid y Barcelona.