Unas 7.600 trabajadoras extremeñas --el 5,5% del total-- se dedican a la agricultura, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), referida al primer trimestre de este año. Así, Extremadura se sitúa en el cuarto puesto de la clasificación de comunidades por mujeres dedicadas a esta actividad, sólo por detrás de Galicia, Andalucía y Murcia.

En cambio, cuando se contabiliza el número de extremeños dedicados al sector agrario, la región encabeza el ranking de forma indiscutible, superando en diez puntos la media del conjunto del país (un 16,1% frente al 6,1% nacional). De forma paralela, en la mayoría de las comunidades --excepto Galicia, la única en la que el porcentaje de mujeres dedicadas a la agricultura supera, aunque levemente, al de hombres-- la masculinización del campo es la tónica general.

AYUDA FAMILIAR Para Teresa López, presidenta de Fademur (Federación de Mujeres Rurales), la explicación de esta realidad es que las mujeres, pese a trabajar en el sector agrario, no están dadas de alta en la Seguridad Social. "Se consideran ´ayuda familiar´ y, como tal, el trabajo que desempeñan forma parte del ´debe´ que les viene dado por ser esposa, hija o madre del agricultor o ganadero", explica.

De hecho, si nos centramos en la diferencia entre el número de hombres y mujeres que trabajan en el sector agrario extremeño, la cifra resultante --10,6 puntos porcentuales-- es una de las mayores del país. Así, el porcentaje masculino (16,1%) prácticamente triplica al femenino, lo que en términos absolutos supone unos 32.400 agricultores más. En cambio, a nivel nacional la distancia --2,5 puntos-- se suaviza.

En cuanto a la evolución de la participación femenina en el ámbito agrario, tanto extremeño como nacional, Fademur apuesta por reivindicar la cotitularidad. "Las mujeres ya trabajan en el campo, pero su labor no tiene la misma consideración que el de un hombre", sentencia López, quien considera este reconocimento decisivo para equilibrar las cifras actuales.

DIFICIL APROXIMACION No obstante, cuando se analiza la situación de la mujer en el sector agrario --igual que ocurre en el ámbito rural--, es necesario hacer frente a un problema de primera magnitud: la dificultad de acceder a las datos. Con frecuencia, distintas fuentes estadísticas ofrecen valores dispares, como consecuencia de los distintos tipos de vinculación de la mujer a la actividad agraria.

Como señalan Alicia Langreo e Isabel Benito en el estudio La mujer en la agricultura y en el medio rural , tal vinculación puede surgir de la participación en las explotaciones o en la propiedad, lo que explicaría la variabilidad de las cifras. Si bien los datos manejados en este informe --relativos a 1999-- están algo desfasados, la riqueza de sus interpretaciones facilita en gran medida el análisis de la situación de la mujer en el ámbito agrario.

A raíz de su estudio, Langreo y Benito perciben "más sombras que luces" en la situación de la mujer en la explotación familiar. Así, por ejemplo, deducen que las explotaciones más pequeñas con titularidad femenina apenas tienen entidad o que el grado de profesionalización de la mujer en la actividad agraria es muy bajo, lo que indica una situación laboral precaria.

Además, el informe detecta fenómenos como la "titularidad formal", que se da en explotaciones en las que la mujer figura como tal porque el marido trabaja en otro sector o está jubilado. Algo similar ocurre con la incorporación de mujeres jóvenes al sector agrario, que muchas veces persigue el único objetivo de obtener una mayor subvención.

Por el contrario, puede ocurrir que, como es habitual en Galicia, sea la mujer quien efectivamente se ocupe de la explotación, pero la titularidad continúe en manos del hombre. No obstante, el análisis también incluye algunos elementos positivos, como la subida paulatina del número de mujeres titulares de explotaciones viables o el creciente protagonismo femenino en nuevas iniciativas.

PARTICIPACION ASOCIATIVA En cuanto a la participación de las mujeres en las cooperativas y organizaciones profesionales agrarias (OPA), ésta constituye un

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