La cifra de víctimas civiles irá en aumento, a medida que la guerra se instale en una rutina que traduce mal un fracaso: la guerra relámpago no existe, la guerra limpia tampoco, la guerra sin víctimas inocentes todavía menos. Pero hay más, los "errores" de las armas "inteligentes" serán cada vez más destructivos. La explicación es antigua: cuando no puedes conquistar una ciudad, la asedias y la atacas, ayer con catapultas, hoy con bombas, hasta que la gente no puede más y se rinde. Unas cifras educativas: en la guerra del Golfo del 91, sólo el 6% de las bombas eran inteligentes, y con 88.000 toneladas de bombas, las bajas fueron de 363 muertos por cada 10.000 toneladas; en Afganistán, con 14.000 toneladas de bombas, de las cuales el 60% eran de lo más inteligentes, las víctimas fueron 2.214. Traducción: con menos bombas matas mucha más gente, pero no la que tenías prevista. El resto, civiles. A Bagdad le esperan días muy duros, es decir, a sus habitantes. El mundo debería seguir protestando.