El Grupo Gallardo ha alcanzado un acuerdo con la Junta de Extremadura por el que se compromete a que los extremeños paguen menos por el combustible si el proyecto de la refinería de Tierra de Barros sale adelante. Así lo anunció el presidente del Ejecutivo regional, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en la reanudación, ayer, del pleno de la Asamblea que fue suspendido el pasado 26 de mayo tras la expulsión del público y de dos diputados del PP, un debate del que se ausentaron todos los parlamentarios populares en solidaridad con sus compañeros.

Para que esta rebaja de precios de combustible sea posible, fuentes oficiales de la empresa explicaron a EL PERIODICO EXTREMADURA que el Grupo Gallardo entrará en el sector de la distribución e intentará ofrecer condiciones ventajosas a gasolineras que actualmente son independientes o abanderadas de las grandes petroleras. Y es que, añaden, en España sólo el 15% de los puntos de venta pertenecen realmente a las grandes petroleras.

DATOS DIFERENTES Sin embargo, las previsiones que maneja el Grupo Gallardo no coinciden con las del presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Extremadura, Casto Bravo. En este sentido, Bravo detalló que en torno al 60% de las cerca de 270 gasolineras extremeñas son propiedad de las petroleras a pesar de que aproximadamente la mitad de ellas están gestionadas por terceros. A su juicio, una vez que entre en el sector el grupo empresarial de Jerez de los Caballeros podrá llegar a controlar, como máximo, entre el 20% y el 25% del mercado minorista, aunque sí puede tener un mayor peso en el precio a través de la distribución directa a cooperativas y grandes consumidores.

Por lo que se refiere a los términos concretos del acuerdo alcanzado entre el Grupo Gallardo y el Ejecutivo regional, Rodríguez Ibarra garantizó que "los combustibles serán más baratos en Extremadura" de lo que lo son ahora, puesto que habrá que descontar el coste del transporte. Tras aplicar esta rebaja general, al precio del combustible aún habrá que restarle un 10% más para los usuarios de la zona de influencia de la refinería, es decir, de Tierra de Barros.

"ESPECIAL PROTECCION" Por otra parte, una vez que la planta de refino esté operativa la Junta marcará determinadas zonas de la región como "de especial protección industrial" por su dificultad para atraer a grandes empresas. Las compañías que se instalen ahí, apuntó el presidente regional, podrán acceder a un convenio con la refinería para acceder al combustible a un precio reducido.

El último punto de este acuerdo afecta de forma específica a los agricultores. Así, la empresa tendrá que construir una importante canalización de agua desde el pantano de Alange hasta la planta, prevista entre Fuente del Maestre, Los Santos de Maimona y Villafranca de los Barros. Esta infraestructura atravesará "cientos y cientos de hectáreas de viñedos y de olivar" y los agricultores podrán utilizar ese agua "para regar por goteo".

El presidente recordó la generación de empleo que prevé el proyecto y lanzó un mensaje a los que se oponen al mismo: "Una sola demostración de que alguien se perjudica en su salud o de que la economía de la zona se viene abajo y se ha acabado la refinería en Extremadura".

Por último, Ibarra se preguntó por qué no hay protestas en Huelva, donde Cepsa construirá una nueva refinería, algo que achacó a que "está instalada la idea de que los mismos de siempre hacen las cosas de siempre". Sin embargo, aseveró, "los mismos de siempre no van a ganar a los nuevos de ahora".