CARGOS GERENTE DE LA COOPERATIVA LA UNION DE TALAYUELA, INTEGRADA EN IBERTABACO. TAMBIEN ES RESPONSABLE DE LA SECTORIAL DE TABACO DE LAS COOPERATIVAS EXTREMEÑAS (Unexca) Y ESPAÑOLAS (Ccae), Y REPRESENTANTE DEL SECTOR EN BRUSELAS.

--¿Cómo ve la situación actual del sector del tabaco?

--Bueno, pues la contratación está cercana y el hecho de que haya venido Manolo Bermejo yo no sé si va a dar estabilidad o no. Entiendo que barbaridades no se van a cometer. Nos vamos a encontrar con una campaña en la que las empresas no saben lo que les vamos a vender y nosotros no sabemos lo que nos van a comprar.

--¿Qué dice el cultivador de a pie de todo lo que está sucediendo?

--El agricultor está hasta las narices de lo que está pasando, de las agrupaciones de productores, de las empresas, del sector y harto de todo. No ve claridad por ningún lado, no encuentra salida por ningún lado y piensa que todo el mundo le está haciendo la cama. Eso es lo que ve el agricultor ahora mismo.

--¿Qué opinión tiene de las alternativas que se están planteando desde Ctaex para el cultivo del tabaco?

--Al día de hoy no sirve para nada. Una de las cosas interesantes que han dicho es que hay que cambiar las situaciones, no los cultivos. Si no cambiamos la mentalidad en la zona va a ser complicado adaptarse a los cambios que van a venir. No nos engañemos, yo lo he vivido de cerca porque en parcelas de algunos de nuestros socios se están haciendo estas alternativas. Y sabemos lo que pasa. Muy bien en producción pero al final no comercializamos. Estamos hablando de una o dos hectáreas de experiencia, pero es que el tabaco tiene 14.000. No podemos poner aquí todos plantas medicinales. Hay que diversificar, pero seguir produciendo tabaco y habrá que empezar a hablar de alternativas serias. El consejero (de Agricultura) habla de la fruta y fíjate el palo que se han pegado las frutas. Y el tomate, fíjate cómo está.

--¿No hay alternativa, entonces?

--La alternativa al tabaco, ninguna. Alternativas a la zona, las hay. Lo dije hace un montón de años: las industrias. Por un lado, industrias normales, y por otro, normales. Entonces alrededor habrá una producción y entonces hablaremos de lo que quieras. Pero tiene que haber una industria agroalimentaria. Lo que ocurrió con Cetarsa en su momento y a raíz de ello se extendió el tabaco. Esta comarca volverá a ser una zona ganadera, como lo fue en su momento, pero hay que hacerlo bien. No se puede tener tres vacas en su sitio, cuatro cerdos en otro. Hay que hablar de centros de tipificación, de cebaderos, de salas de despiece... Luego, yo creo que esta zona tiene un potencial hortícola y frutícola importante, pero dentro de tres días vamos a conocer 40 centrales hortofrutícolas en manos de 40 cooperativas. Otra vez haremos reinos de taifas porque nos haremos la competencia entre nosotros. Esta zona puede defenderse entre la ganadería, la fruta y los productos hortícolas pero con una industria agroalimentaria fuerte. Esa es una alternativa a la zona y luego el turismo y todo lo demás. Alternativa al tabaco, ninguna.

--¿Cree que va a desaparecer gente del sector tabaquero?

--Mucha, con eso ya contamos.

--¿En qué dirección debe ir ese cambio de mentalidad en el productor?

--Aquí la gente está acostumbrada a que le caiga el maná del cielo durante mucho tiempo. Están los agricultores por las subvenciones y los trabajadores por el PER. Aquí lo que se ha hecho es coartar la iniciativa de la gente. Aquí todo te lo daban hecho y siempre venía papá Junta y papá Estado que te protegía y te tutelaba. Eso se acabó. Hay que cambiar. Los tabaqueros no tienen futuro, los agricultores, algunos, y los empresarios agrarios, todos. O el tabaquero se hace agricultor y empresario agrícola o no tiene ningún futuro. Tienes que empezar a tomar la iniciativa y no que otros la tomen y te digan lo que tienes que hacer. Mientras no cambiemos esa mentalidad, es difícil. La gente aquí piensa que cuando se acabe el tabaco le van a traer otra cosa. O resuelve el problema el agricultor o estará fuera. El mundo no se acaba cuando se acabe el tabaco. Pero ahora la mentalidad que tiene el tabaquero es esa y lo único que se le ocurre es salir corriendo. Aquí también hay alternativas, pero hay que currárselas, trabajando a lo mejor para sacar dos cosechas al año. Eso es impensable ahora en el tabaquero. Hay que empezar a currar los doce meses. Hay que pensar que uno no puede vivir sólo de un cultivo, que hay que dedicarse a varios. Esto se hace en otros sitios, funciona y la gente vive. Y aquí va a vivir, pero sólo el que se adapte. Ese es el cambio de mentalidad que se necesita.