La protesta de varios miles de laicistas por el centro de Madrid, a la que la policía puso fin ayer de madrugada en Puerta del Sol con un rosario de porrazos, ocho detenidos y 11 heridos, mantuvo ayer viva la polémica en torno al viaje del Papa y originó cruces de acusaciones entre las administraciones gobernadas por el PP y el PSOE, la jerarquía eclesiástica y los organizadores. Hasta un sindicatos policial denunció el "caos organizativo" y pidió la dimisión de la delegada del Gobierno, Dolores Carrión.

Con un recorrido total de apenas dos kilómetros, la marcha sufrió continuas interrupciones desde el principio, al cruzarse con los miles de peregrinos que pululaban por el centro de la ciudad. Las principales críticas se centran en el deficiente dispositivo policial que originó que, al llegar a la Puerta del Sol, con apenas 600 metros recorridos, la marcha se estancase en medio de miles de fieles católicos. De los insultos se pasó a las manos entre unos y otros y al enfrentamiento de algunos manifestantes con la policía, que culminó con la carga para desalojar de manifestantes la plaza.

IRRITADOS Notoriamente irritados, los portavoces del PP y de la Conferencia Episcopal Española, Esteban González Pons y Juan Antonio Martínez Camino, cargaron contra la "complacencia" del Gobierno con los manifestantes "porque se sabía que se iba a provocar la situación que se provocó". "Pero por mucho que algunos lo pretendan no nos van a aguar la fiesta", remachó el portavoz episcopal. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, defendió que el Gobierno se limitó a cumplir la ley al permitir la marcha y calificó de "menores" los altercados producidos a última hora. La policía ha vetado concentraciones no autorizadas en la emblemática Puerta del Sol mientras dure la visita del Papa.

Sin embargo, la Delegación del Gobierno sí ha autorizado una concentración "por los derechos de todas las familias" el sábado por la tarde en el barrio de Chueca. Por otra parte, la Audiencia Nacional puso ayer en libertad provisional al becario mexicano que había amenazado en internet con atentar contra la marcha laica.