José Antonio Monago insistió en que es una "inmoralidad" que un empresario haya desviado alimentos destinados a los pobres a centros de día de ancianos e instó a que haya "luz y taquígrafos" en este supuesto fraude. Quitó valor a la adscripción política del empresario y de los ayuntamientos, y recalcó que la cuestión es "cómo han podido llegar alimentos de la UE a una empresa con fines mercantiles".