Tal y como estaba pronosticado la lluvia y el frío se hicieron presentes. Los Reyes Magos se hicieron esperar; pues a su llegada a Monesterio tuvieron que cumplir con algunos compromisos y visitas, como la que les llevó hasta los pisos tutelados, para llevar regalos a los mayores residentes. La espera, en el Pabellón de Cristales, donde la organización les montó una extraordinaria fiesta de bienvenida, se hizo más amena con la degustación de una merienda a base de chocolate y roscón de reyes para todos los asistentes. Abundaron los disfraces, ya que desde la organización se pidió a los asistentes y a los colaboradores que acudieran con los trajes que ya estaban preparados para el desfile. Pasadas las siete de la tarde, Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados por sus pajes, hicieron entrada en el recinto, ante la deslumbrada mirada de los más pequeños. Los Reyes fueron muy cercanos con los niños y niñas, y tras ser recibidos por las autoridades locales, tuvieron tiempo para conversar con ellos, e incluso fotografiarse y entregar algunos regalos y muchas chucherías.