El tren protagonizó las consignas ayer en la plaza de España. Y hubo para todos los gustos, cada municipio y cada grupo de amigos, familiares interpretó su manera de reivindicar un tren «digno» aunque todos coincidían en lo mismo, en que la petición «no es un capricho, es una necesidad» compartida.

Si hay algo que también repitió patrones fue la tecnología. Al compás de las banderas y las pancartas, los móviles ondearon para recordar lo que ocurría. Los asistentes querían llevarse un recuerdo de lo que estaba ocurriendo e inmortalizaron la jornada en sus dispositivos móviles, muchos a contraluz, cegados por el sol. Y no lanzaron al aire sus cámaras de bolsillo solo ante los quejíos de Miguel de Tena para recordarlos luego, sino para retratar cualquier detalle de una jornada que para muchos se extendió desde la mañana hasta bien entrada la noche, al menos para los de Badajoz, últimos en regresar a sus destinos.

Las redes sociales también hicieron lo propio, al compás del clic de las cámaras, los tuits y los posts en Facebook coparon las pantallas de muchos que consultaban los detalles del evento. En algún momento del día #Trendignoya fue un clamor ante el desorden de los despistados que decidieron cambiar la referencia en redes. Muchos de los aficionados al móvil estaban presentes, otros no pudieron, así que dejaron constancia de su apoyo a la causa a través de un mensaje.

La lentitud, la incomodidad de los trenes, los retrasos continuos y las averías que sufren cada semana fueron los dardos con los que apuntaban la mayoría de los mensajes. «No hay derecho a que alguien no pueda conocer una tierra tan bonita por su mala comunicación», reclamaba un usuario. «Ya es hora, Extremadura lo necesita», rezaba otro escrito de un internauta. Había quiénes ayer daban un «grito por tantos años de agravios y compromisos incumplidos» y quién alabó la «humildad, la alegría y el corazón» de los que ayer se congregaban por una causa justa.

La protesta llegó ayer a Madrid y se hizo escuchar en todo el país y a través de internet en cualquier casa durante horas aunque fuera a través de una pantalla del móvil en la que han llegado a calificar el día de «histórico, de los que marcan un antes y un después» G. GUERRA