Tras el no de Badajoz, el intermediario entre la organización y los municipios extremeños, el abogado cacereño Vicente Montes, contactó rápidamente con Ramón Rocha, alcalde de Olivenza. Este, todo un enamorado de la localidad fronteriza, aceptó enseguida las condiciones que exigía Unipublic. Hoy vivirá una jornada histórica, con los ciclistas por sus calles durante dos kilómetros.

El impacto de la carrera va, sin embargo, mucho más allá de lo que suceda esta mañana. Los escasos establecimientos hoteleros de la ciudad están copados. Incluso todo el líder, Roberto Heras, se hospeda en el Heredero, para asombro de los oliventinos, que se agolparon ayer en sus alrededores para conseguir una foto o una firma.

"Lo que está haciendo Olivenza es impresionante. Ya podían tomar nota en el Ayuntamiento de Badajoz. Se han aprovechado de los beneficios de la caravana y se han quedado fuera del trazado. Increíble", sentencia Rafael Carbonero, responsable de prensa del Spiuk-FIG Zafra, el prometedor equipo aficionado de la región.

Olivenza también tendrá su premio en forma de resonancia mediática nacional, una ambición que ya se había expresado con la Feria del Toro y las corridas que suponen el inicio de la temporada. La técula mécula tendrá una excelente oportunidad para reivindicarse como avituallamiento.