La sociedad en la educación es el pilar básico para el éxito educativo.

Los principios básicos de la futura ley deben ser la equidad y la calidad.

Asignación de recursos a los centros de acuerdo con sus necesidades y situaciones en función de proyectos y objetivos.

Los centros deben tener un margen propio de autonomía pedagógica, organizativa y de gestión, incluida la económica.

Reconocimiento y valoración social del profesorado acorde con su papel indispensable en la mejora del sistema.

Incentivar la labor profesional del docente e incrementar su autoridad en el ejercicio de sus funciones.

Las familias piden más participación en los centros y que ésta no se limite al desarrollo de actividades complementarias.

Más plazas públicas en el primer ciclo de Infantil, y más programas de detección precoz de dificultades de aprendizaje.

Favorecer los hábitos de estudio, la adecuación de las ratios de alumnos, y un aumento de la oferta de ciclos formativos en la modalidad no presencial.

Agilizar al máximo los procedimientos de sustitución del profesorado y la provisión de puestos de personal docente.

Normativa específica para centros de educación especial.

Mayor formación de los docentes para el uso de equipos informáticos y en general se reclama más centros bilingües y secciones bilingües.

Igualdad de servicios para alumnos de la pública y la concertada.