La Asociación de Promotores y Constructores (APCE), que preside José Manuel Galindo, calcula que el año próximo solo se iniciarán unas 150.000 viviendas en España, lo que supone una caída de casi el 50% con respecto a este ejercicio, cuando ya se ha pasado a iniciar la construcción de 300.000 casas menos que las 550.000 que se empezaron en el 2007. Estas cifras ya han supuesto la destrucción, según la estimación de la patronal, de unos 489.516 puestos de trabajo (unos 340.000 directos y 150.000 indirectos) a nivel nacional, que se agravará el año próximo con la desaparición de otros 340.000 empleos.

Hasta ahora, esta desaceleración ha quedado disimulada por el gran número de promociones en proceso de finalización. En las mismas jornadas que Galindo aportó los datos citados anteriormente, el director del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, afirmó que la cifra de pisos que se terminarán de construir este año marcará un nuevo "máximo". En el 2007, el número de pisos edificados en España dejó el récord de 641.419 unidades. Según datos del Ministerio de Fomento, en los nueve primeros meses del año se finalizaron 471.110 viviendas, solo unas 4.000 menos que en el mismo periodo del 2007. Hasta agosto, las cifras del 2008 superaba claramente las del ejercicio precedente, pero las últimas suspensiones de pagos de grandes inmobiliarias y el consiguiente retraso de muchas de sus obras han frenado el ritmo.

Durante su intervención, Malo de Molina reconoció también que las restricciones financieras han hecho más intenso el ajuste del sector residencial. Así, un ajuste que podría haber sido más suave, tiene tintes de ser "más abrupto", señaló. Esta crisis profunda se transmite además en el conjunto de la economía por la intensidad del descenso del nivel de empleo.