Unas 5.000 adolescentes que cumplan este año 14 años se vacunarán desde esta semana en centros escolares de Extremadura contra el virus del papiloma humano para evitar más adelante el cáncer de cuello uterino, que afecta a casi siete de cada 100.000 extremeñas y que causa la muerte a casi dos de cada 100.000 mujeres en la región. La campaña de vacunación contra el virus del papiloma humano fue presentada ayer por la consejera de Sanidad y Dependencia, María Jesús Mejuto, que explicó que el Servicio Extremeño de Salud (SES) ha adquirido 15.000 dosis de esta vacuna, que han supuesto un coste de 1.404.000 euros y que en el caso extremeño se ha optado por la vacuna Gardasil, que actúa contra los serotipos 6, 11, 16 y 18, que pueden provocar cáncer de cuello de útero, lesiones genitales precursoras de cáncer cervical y vaginal, y verrugas genitales.

La vacuna se administrará en tres dosis en los centros educativos, y los padres de las adolescentes son los que deciden si sus hijas se vacuna o no. La primera dosis se comenzará a aplicar esta semana y se desarrollará en los distintos centros hasta finales de noviembre; la segunda dosis se aplicará a los dos meses, y la tercera dosis, a los seis meses, con lo que la campaña finalizará antes del 30 de mayo próximo para que cuando termine el curso todas las niñas estén vacunadas. A partir del próximo curso comenzarán a vacunarse chicas que cumplan 14 años durante el próximo año, es decir, las nacidas en 1995, y así sucesivamente, informó la consejera.

Mejuto señaló que se ha elegido vacunar a las de 14 años porque "a esta edad la inmensa mayoría no ha comenzado a tener relaciones sexuales, y la eficacia de la vacuna es mayor", ya que según reiteró, este virus se transmite principalmente por vía sexual. No en vano, el 60% de las mujeres que sufren el virus lo adquieren al año de haber mantenido las primeras relaciones sexuales; y el 80%, a los dos años, lo que supone que el 80% de la población sufrirá el virus a lo largo de su vida.

INFECCION VIA SEXUAL Se trata de un virus que "se transmite con mucha facilidad, especialmente en mujeres jóvenes al inicio de las relaciones sexuales, y es una infección "transitoria y asintomática" que en el 90% de los casos ha desaparecido dos años después de haberse contraído. Sin embargo, apuntó Mejuto que en algunos casos la enfermedad permanece y desarrolla el cáncer de cuello de útero pasados entre 10 y 12 años de haber contraído este virus, de ahí la necesidad de vacunar antes de entrar en contacto con el virus. La vacuna que se administrará no tiene el virus, sino que desarrolla anticuerpos que lo combaten en caso de aparecer.

En cualquier caso, la consejera aclaró que esta vacuna protege el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero, ya que hay otro 30% que está producido por otro tipo de virus, por eso destacó que es necesario seguir manteniendo los programas de cribado que se vienen desarrollando hasta ahora.

En este sentido, el SES insiste en que las vacunas frente a este cáncer son profilácticas, no terapéuticas, por lo que los programas de cribado "siguen siendo necesarios" para ofrecer una prevención a aquellas mujeres que puedan estar ya afectadas por la infección o puedan infectarse por serotipos no incluidos en la vacunación.

Los programas de cribado de cáncer de cuello de útero basados en la realización de citología permiten detectar precozmente lesiones precancerosas reduciendo la aparición de casos de cánceres invasores.

500.000 CASOS CADA AÑO La vacunación ofrece una medida adicional para reducir el riesgo de infección por este virus "pero nunca debe reemplazar ni anular la realización de citología como prevención secundaria", aclara el SES, ya que "la vacuna no cura esas patologías, solamente las previene".

En el mundo se diagnostican anualmente más de medio millón de casos de cáncer de cuello de útero y se estima que al año unas 280.000 mujeres mueren a causa de este virus, más de 700 de ellas en España.