En la sanidad extremeña hay un problema básico: los nuevos médicos recién titulados no cubren las plazas que van dejando los facultativos que se jubilan. ¿La principal causa? Los recortes siguen haciendo mella y los huecos se notan tanto en los hospitales como en los centros de salud.

Pero es que además a Extremadura le cuesta retener a los especialistas, no resulta una región atractiva, aún menos el medio rural. Por ello hay escasez de cirujanos, traumatólogos, urólogos, anestesistas, oncólogos... Hasta tal punto que se ha convertido en un habitual que algunos trabajen en varios centros a la vez para paliar este déficit y evitar que se agranden las listas de espera.

Porque precisamente esa lista de espera es otro de los desafíos del nuevo Ejectuvo extremeño.

En cuanto a edificios sanitarios, una vez casi abierto (va por capítulos) el nuevo hospital de Cáceres, está pendiente el de Don Benito-Villanueva, que se está convirtiendo en proyecto fantasma.