La situación de Miguel Porro es similar a la de muchos extremeños. En 2009 la empresa en la que trabaja, dedicada a la rectificación de motores, congeló el sueldo a sus doce trabajadores. Por tanto, aunque el IPC haya subido, este asalariado no ha visto compensado ese incremento en su nómina. "Tengo el salario congelado desde 2009", afirma. Su situación es "complicada" porque no llega a fin de mes lo que le obliga a "recortar mucho por todos lados". Tiene que apretarse el cinturón y lo hace, sobre todo, en actividades de ocio y tiempo libre. "En vez de salir todos los fines de semana, salgo uno cada dos o tres semanas". Así y todo, le resulta "imposible ahorrar" con unos productos cada vez más caros.