El diario británico “The Times” anunció, hace unos meses, que iba a dejar de publicar en su web las noticias en tiempo real. Este breve comunicado pone a la luz una práctica habitual en la prensa digital: la del bombardeo de noticias de actualidad, en constante cambio. Estamos en la era donde los flashes informativos tienen más valor que los artículos sopesados y de calidad. Por eso, en ese periódico han decidido no hacer actualización continua de las noticias, en favor -dicen- de elaborar artículos más profundos y fiables. Todos sabemos que la información debe ser contrastada y, para ello, requiere un tiempo mínimo de reflexión. Se puede generar mucha alarma en la población si se envían directamente, sin filtro, noticias de enfermedades o contagios, por ejemplo. Por el contrario, hay otro tipo de informaciones en las que, si no se conoce el dato más reciente, la información no está completa; pensemos, sin más, en los resultados de un partido de fútbol. Parece lógico pensar que, según sea el tipo de noticia, debería recibir un tratamiento u otro. Hay temas universales que no necesitan una actualización constante, puesto que poca variación puede haber en el contenido de dicha información, aunque las opiniones de los periodistas sobre ello difieran notablemente. Por otra parte, me gustaría romper una lanza por aquellos periodistas, hombres y mujeres, que destacan por tener un estilo propio en sus artículos. Puede gustar o no lo que escriben, pero es indudable el valor que tienen por haber sabido crear su impronta personal.