Poco se puede hablar de Pasapalabra que los espectadores no sepan. De lunes a viernes, entre las 20.00 y las 21.00 horas, el telespectador fiel no se mueve del sofá esperando que alguno de los concursantes dé la campanada y se lleve el bote que, en estos momentos, supera el millón de euros.

Los concursantes casi forman parte de la vida familiar de los españoles. No hay conversación en la que no trascienda algún chascarrillo de los concursantes, algún chiste malo de Orestes o, incluso, algún gesto poco deportivo de los participantes. Sin mencionar a los invitados que contribuyen a que los jugadores arañen segundos y que aprovechan su presencia en la televisión para promocionarse.

Hace unos días, el concurso vivió uno de los momentos más tensos de su historia. Uno de los invitados solicitó el cambio de equipo tras hablar Orestes, quien contó un chiste "malísimo", como ya nos tiene acostumbrados. "¿No ha pasado nunca que se cambia alguien de equipo en mitad del programa, ¿no?", dijo Arturo González-Campos, humorista español. "Pues estén atentos". El invitado zanjó: "Si es que no me apetece ni ayudarle ya, se me quitan las ganas".

Pasapalabra es, desde hace años, uno de los concursos más importantes de la televisión en abierto. No en vano durante años estuvo triunfando en Telecinco conquistando la última parte de la tarde. Una sentencia del Tribunal Supremo obligó hace varios meses a la principal cadena de Mediaset a dejar de emitir este formato que por aquel entonces presentaba Christian Gálvez. Fue entonces cuando Antena 3 apostó por su compra y fue una decisión más que acertada. No en vano tener tanto ese programa como El Hormiguero ha hecho que las noticias de Vicente Vallés que se emiten antes y después de estos programas de tanto éxito sean lo más visto del día.