Quejas de losauxiliares de biblioteca

En contestación a la carta publicada sobre quejas de los auxiliares de bibliotecas, la Dirección General de la Función Pública quiere puntualizar que algunas plazas de auxiliar de biblioteca de la Junta han pasado a ser ocupadas por personal fijo laboral, entre otras de la especialidad laboral de auxiliar de enfermería de la propia Administración autonómica.

Lejos de ser un acto arbitrario o caprichoso, como parece querer presentarlo en su carta José J. del Pozo, la resolución en virtud de la cual se ha producido la adscripción definitiva a puestos de auxiliar de biblioteca es un procedimiento reglado y previsto en el artículo 12 del vigente IV Convenio Colectivo.

El referido procedimiento, que por cierto en términos muy similares acaba de ser incluido para el ámbito de los funcionarios de la Administración del Estado, supone un avance más en la defensa y mejora de las condiciones de trabajo y salud laboral de los trabajadores, permitiendo que se pueda cambiar de un puesto a otro, dentro de su mismo o inferior nivel, a un trabajador cuando su estado biológico y su discapacidad psíquica, física o sensorial pongan en situación de peligro al propio trabajador, a los demás trabajadores o, en general, esos estados le imposibiliten para el desempeño de las funciones propias de la categoría profesional a la que pertenezca aquél.

Los requisitos señalados anteriormente han sido cumplidos en los casos a los que se refiere el señor Del Pozo, a quien también se responde a la interrogante que formula sobre la razón por la cual en la Biblioteca Pública de Cáceres solamente existe un auxiliar de biblioteca a tiempo completo.

La respuesta es bien sencilla: en la Biblioteca Pública de Cáceres existen 4 puestos de auxiliar de biblioteca a tiempo completo y 7 a jornada parcial.DIRECCION GENERAL DELA FUNCION PUBLICA. Mérida

El hombreunilateral

Periódicamente, el presidente del ejecutivo extremeño arremete contra la magistratura, bien porque ha limitado sus excesos y abusos políticos, bien porque ejerce de vocero del sector más reaccionario de su partido.

En su día, el TSJEx anuló las concesiones habidas en el asunto de Canal Sur. Recientemente, la justicia ha puesto coto a la discriminación y amiguismo acontecido en la concesión de 8 emisoras de radio. Realmente reconforta comprobar que a nuestro sátrapa local hay quien le pone límite, a él y a su partido, que desgraciadamente sufrimos en esta zona desde hace dos décadas.

Personalmente, me encuentro incluido en el elevadísimo porcentaje de españoles que tienen una muy mala opinión de la justicia, habiendo podido corroborar la causa de tal opinión mayoritaria.

Las últimas críticas expresadas por el señor Ibarra, a mediados de enero del año actual, acusando concretamente de "usurpación e intromisión del poder ejecutivo" a determinados jueces, rozando posiblemente la calumnia, es inaudito que no hayan ocasionado respuesta en los afectados.

Si la crítica la realiza un ciudadano de a pie, arreglado iría. Esta es una de las mayores críticas que puede planteársele a la magistratura, su debilidad, en ocasiones, con los fuertes y, viceversa. Si los afectados callan, la opinión pública puede considerar que el crítico tiene razón, o sea que los jueces se han extralimitado en sus funciones y, resuelto injustamente, a sabiendas.

Posiblemente, la permanencia en las altas instancias judiciales y, en el órgano de gobierno de los jueces (CGPJ) de magistrados políticamente de la misma cuerda que el señor Ibarra, explica el mutis de los jueces, que consideran abocada a la nada una hipotética querella contra el líder político regional.

En consecuencia, la politización de la justicia permite al señor Ibarra actuar con gran diferencia respecto a sus conciudadanos, y esto no tiene mérito.

La opinión pública en esta región, que debería ser fuente de progreso, a través de actuaciones como la comentada, que no son sino un mínimo ejemplo de la catadura del poder político imperante, está siendo sistemáticamente reprendida, acosada y mantenida en permanente estado de ignorancia y miedo y, consecuentemente, en un estado de dependencia considerable. Actuación ésta que se complementa, para los acólitos y sus familias, con el pesebre. Así nos luce el pelo.ANTONIO MARCELO VACAS. Cáceres