Más que ola de vandalismo lo que azota a Plasencia habría que llamarlo huracán de barbarie. ¿Tiene remedio la situación de inseguridad ciudadana que se vive en Plasencia? ¿El ayuntamiento debería de tomar acciones contundentes contra la misma? ¿La política municipal de dejar hacer, dejar pasar conduce a alguna parte que no sea más delincuencia, más vandalismo, más agresiones más gamberrismo, más barbarie?

Agentes de la policía local acorralados y zarandeados, mujeres y jóvenes agredidas; abusos sexuales a adolescentes en plena calle y a la luz del día; rotura generalizada de espejos retrovisores y lunas de vehículos en los días de botellón; daños a automóviles en los propios garajes de los usuarios; robos en viviendas y en coches; paliza y provocaciones a empleados del servicio de limpieza etcétera. Y todo esto sólo en las dos últimas semanas.

Ya está bien, los placentinos merecemos consideración y respeto. Se hace necesario, ¡ya!, una mayor presencia policial en las calles; se hace necesario colocar cámaras de seguridad en aquellas zonas donde más daños se producen; se hace necesario un gran acuerdo se seguridad ciudadana de todas las fuerzas políticas que simbolice una mayor presión sobre aquellas conductas asociales de tanto vándalo como anda suelto por nuestra ciudad.

Difícilmente conseguiremos ser ciudad Patrimonio de la Humanidad, más bien Ciudad Patrimonio del Bronx o de Harlem. Harlem es el barrio del que todos los neoyorquinos hablan, pero rara vez visitan; lo mismo ocurrirá con Plasencia si nuestros políticos no lo remedian.

Javier Caso Iglesias **

Plasencia