Que los jóvenes no leen y están interesados solamente por productos de ocio como los videojuegos es un tópico falso como demuestra el informe de la lectura en España 2008, donde queda patente el incremento de lectores entre los 14 y los 24 años. Sin embargo, la situación de las bibliotecas escolares es muy deficiente, pues muchas están reducidas a la condición de cuartos con libros y en el mejor de los casos en salas de estudios; además, no disponen de medios materiales suficientes para prestar servicios básicos.

Cabe preguntar a nuestros responsables políticos hasta cuándo los beneficios van a medirse únicamente en dinero y no en educación, y exigirles que tengan la valentía de apostar por algo tan intangible como la cultura, que es posible que no ofrezca réditos electorales inmediatos, pero que a medio plazo nos haría abandonar, entre otras muchas cosas, el puesto 21 de los 27 países de la Unión Europea en hábitos de lectura.

Manuel Cañedo Gago **

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