Al decidir el sobreseimiento de la causa instruida por el juez José Flors contra el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y tres presuntos implicados en el caso Gürtel, el Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJPV) excluye la posible existencia de un delito de cohecho pasivo impropio. Dando por sentado el respeto debido a las resoluciones de los tribunales, sean cuales sean las características personales de los afectados por ellas, y a expensas de los recursos ante el Tribunal Supremo anunciados por los socialistas valencianos, conviene hacer algunas precisiones sobre las circunstancias que concurren en el episodio.

Relacionadas

En primer lugar, debe subrayarse que el propio tribunal estima que, más allá de los aspectos jurídicos, caben "otras posibles consideraciones de tipo ético" en cuanto atañe a la percepción de regalos o dádivas por parte de servidores públicos. En términos más coloquiales, el mensaje del TSJPV puede entenderse como una adaptación a nuestros días de la vieja máxima de la mujer del césar no solo ha de ser honrada, sino parecerlo. Es decir: es más que posible que, tal como estiman los jueces, a la aceptación de trajes por Camps no se le deba aplicar el artículo 426 del Código Penal (cohecho pasivo impropio), pero desde luego queda bastante lejos de la sobriedad y cuidado por la imagen institucional que cabe exigir a un cargo electo con importantes responsabilidades.

La segunda consideración es de naturaleza política: es un grave error del PP presentar la decisión judicial como un gran triunfo. El caso Gürtel es una madeja demasiado enredada como para suponer que todo quedará en agua de borrajas, que toda la razón la tienen Mariano Rajoy y su equipo, empeñados en limitar al máximo la depuración de responsabilidades, y todos los demás ípolíticos, jueces, medios de comunicacióní están equivocados o forman parte de una conspiración.

La más elemental prudencia debiera aconsejar a los populares contención y sentido crítico. Porque ni el caso Gürtel se agota en la decisión del TSJPV ni es el único lío judicial en el que anda metido el partido. Tampoco desvanece el sobreseimiento la convicción de que Camps recibió regalos de personas bajo sospecha íde hecho, la sentencia no lo niegaí, aunque este sostuvo desde el principio que lo pagó todo de su propio bolsillo. Algo que la decisión de los jueces no corrobora y que hace temer que Camps desdibujó la verdad.