Peter Pan y las elecciones sindicales

El próximo 3 de diciembre serán muchos los que acudan a votar en otras elecciones, las sindicales. Sé que últimamente eso del mundo sindical está muy mal visto, seguramente por el inmovilismo tradicional, conflictos de intereses entre gremios (quien defienda por ejemplo la concertada y la pública, empresas y funcionarios, etcétera), politización sindical y/o quizás también gracias a la malsana publicidad de políticos, o escándalos de corrupción.

Lo cierto es que detrás de todo, hay un trabajo ímprobo de mucha gente que dedica gran parte del día, ya no jornada laboral, a ayudar a sus compañeros y defender un gremio, una profesión, sin sobresueldos, tarjetas opacas ni en B ni en A, con independencia política, honestidad y algunos casos en exclusividad.

El reto de todos los que dedicamos a esto es reinventar el sindicalismo, volver a ser nombres y no números de afiliación, trabajar con honestidad sin cadenas por subvenciones millonarias, defender al trabajador y al gremio sin importar el color del carnet, creer en otro sindicalismo.

Su voto, sea a quien sea, no es gratuito, de él depende la estabilidad de las plantillas, su sueldo, que sigamos ayudando a muchos compañeros, defendiendo derechos, luchando por nuestros trabajos, dignificando nuestra profesión, asesorando a la Administración técnicamente, representando y apoyando al trabajador y trabajadora que sufre o ha sufrido acoso, vejaciones, etcétera.

Quién haya visto Peter Pan , de 2003, no podrá olvidar esta escena: yacía en sus manos Campanilla , mientras Peter Pan repetía, una y otra vez, "yo creo en las hadas, yo creo, sí creo", mientras, a kilómetros de distancia, Wendy y los niños perdidos, sintiendo la fe de éste, comenzaron poco a poco a unirse a su grito de esperanza, consiguiendo en esa unión, devolver la vida a nuestra entrañable Campanilla .

El próximo miércoles vota porque existe otra forma de sindicalismo que puede cambiar el futuro, tu futuro, solo repite conmigo, yo creo, sí creo, y que tu voz se multiplique, aunque solo sea por resucitar unas pocas Campanillas que murieron hace tiempo.