El proyecto de conversión del Palacio de Godoy en un hotel ya tiene todos los parabienes oficiales: cuenta con la licencia municipal, después de haber recibido el visto bueno en la Comisión de Seguimiento del Plan Especial de Cáceres y en la Comisión Provincial de Patrimonio de Cáceres.

Para ADENEX es positivo que el inmueble, en desuso, se ponga en valor y sea un posible motor de dinamización de la zona de la Plaza de Santiago. Sin embargo tenemos que hacer pública nuestra discrepancia en dos aspectos:

-Creemos que no es acertado que las instituciones fíen la conservación y dinamización del centro histórico sólo, o muy especialmente, al uso turístico. A estas alturas del s. XXI ya se conocen claramente las ventajas e inconvenientes de la «turistificación» y sabemos que sólo puede contribuir a la revitalización de la zona de forma limitada. Otras ciudades han optado por mantener en el centro histórico otros usos como el educativo-universitario y residencial (Santiago, Coimbra, Salamanca) y ésa ha sido una de las causas de su revitalización demográfica y económica. Es necesario que la parte antigua de Cáceres se llene de viviendas habitadas más por residentes fijos que por turistas ocasionales. 

-Por otro lado no nos parece apropiada la solución dada a la cubierta del palacio de Godoy. El Ayuntamiento de Cáceres ha aprobado que el edificio lleve una cubierta plana con bar, terraza y piscina. Y decimos el Ayuntamiento porque en la Comisión Provincial de Patrimonio sólo se pudo debatir la actuación en los edificios anexos levantados en el s. XX. La intervención en el palacio ha sido aprobada por el Ayuntamiento en uso de sus competencias.

"Un palacio del siglo XVI con bar, terraza y piscina en una cubierta plana nos parece fuera de lugar, más aún en el centro histórico"

Un palacio del siglo XVI con bar, terraza y piscina en una cubierta plana nos parece fuera de lugar, más aún en el centro histórico. Es cierto que esta misma solución se aplicó ya al Hotel Atrio, creemos que también de forma poco acertada y así lo denunciamos en su momento, pero al menos en ese caso no se trataba de un palacio del s. XVI. Un argumento que usan los defensores de esta intervención es que esos elementos no serán visibles desde la calle pero con las nuevas tecnologías las vistas aéreas son fácilmente accesibles desde cualquier lugar del planeta y por tanto valoradas, para bien o para mal.

Este tipo de intervenciones discordantes con el entorno en el centro histórico deben realizarse de forma más que prudente y las soluciones que se planteen deben estar en la mayor consonancia posible con los valores históricos del inmueble afectado. En algunos casos pueden ser inevitables cuando se busca el interés general, pero no puede ser una puerta abierta por la que pase cualquier iniciativa. Una intervención singular y discordante con el entorno puede ser compresible, por ejemplo, para facilitar la accesibilidad a todos los ciudadanos a un servicio público como sucede con en el proyecto de reforma, muy atrevido, que se aprobó para el Museo de Cáceres y que está a la espera de la correspondiente partida presupuestaria; que todas las personas, incluso con limitaciones de movilidad, puedan acceder a las plantas superiores de un museo puede justificar el impacto visual de una intervención. Pero no es aceptable para construir una piscina en la cubierta palaciega de Godoy. Si en el caso del Museo de Cáceres se pretende facilitar el acceso universal en el segundo se busca un uso muy exclusivista.

Con acciones así, de evidente impacto, escasamente justificadas y fácilmente evitables, nos jugamos la conservación a medio y largo plazo de los valores históricos de nuestro conjunto monumental. Y la responsabilidad es de las instituciones: de la Junta de Extremadura y especialmente del Ayuntamiento de Cáceres.

*Delegado de ADENEX en Cáceres