Que la pertenencia a una clase determinada pesa más que los valores éticos, los méritos o cualquier otra consideración es algo que han demostrado ya diversos estudios, y que la vida de nuestro personaje de hoy ejemplifica. Pudo el niño Jaume elegir entre heredar los valores republicanos de su padre, que celebraba todos los 14 de abril en plena dictadura de Franco, pero pesó más la pertenencia a una familia burguesa. 

A pesar de haber estudiado con éxito Económicas y Empresariales, licenciado el año en que se aprobaba la Constitución (1978), y de haber ingresado en el cuerpo de inspectores de Hacienda, prefirió la inercia comercial heredada del negocio de su padre, hasta que la «vocación» política llamó a su puerta en 1989, con 33 años.

Por un lado, nació en Palma de Mallorca, y en Baleares, para entonces, solo se conocían gobiernos de derechas: Jeroni Albertí (UCD, 1978-1982), Francesc Tutzó (UCD, 1982-1983) y Gabriel Cañellas (1983-1995). Por otro lado, se había hecho muy amigo de Eduardo Zaplana (n. 1956), de su misma quinta, en su época universitaria, que justo en aquel momento intrigaba ya en política hasta llegar a ser alcalde de Benidorm en 1991. 

Y así fue como Jaume Matas i Palou, hijo de republicano burgués, buen estudiante y Jefe de Servicio de Financiación Autonómica por oposición en Baleares, acabó entrando en un PP recién refundado (20/01/1989), procedente de la AP de Manuel Fraga, ex ministro de Franco. Nada era suficiente para Jaume, y nada más llegar, en 1989, fue nombrado Director General de Presupuestos de la Consejería de Economía y Hacienda. 

Allí permaneció cuatro años, y en 1993 fue nombrado Consejero de Economía y Hacienda, donde estuvo hasta 1996, cuando llega a ser Presidente de Baleares. Tres años después dirige el PP regional y en 2000 es llamado por Aznar a pilotar el Ministerio de Medio Ambiente hasta 2003, cuando vuelve a Baleares y logra la mayoría absoluta, presidiendo las islas hasta 2007. Ese año obtuvo mayoría de diputados pero no pudo gobernar, y el 21/06/2007 se retira de la política y se refugia en el Grupo Barceló, representando comercialmente a la compañía en EE.UU. hasta 2009. 

"La pertenencia a una clase determinada pesa más que los valores éticos, los méritos o cualquier otra consideración"

La retirada de Matas desencadenó la caída de las piezas de dominó: el «caso caballistas» (corrupción urbanística, finalmente absueltos los acusados, 2005), «caso Andratx» (corrupción urbanística, 2006), «caso Rodrigo de Santos» (malversación y abuso de menores, 2007) «caso Bitel» (malversación, 2007), «caso Consorcio Turismo Joven» (malversación continuada de caudales públicos, cohecho, prevaricación, negociaciones prohibidas a los funcionarios y falsificación documental, 2008, con la implicación de la ex consejera de Presidencia, Rosa Puig) o la «operación Scala» (malversación, 2008).

Finalmente, el 30/03/2010 el juez José Castro decretó prisión para Matas en el marco del «caso Palma Arena», bajo fianza de tres millones de euros, por delitos de malversación, falsedad documental, prevaricación administrativa, fraude a la Administración, blanqueo de capitales y hasta un delito electoral. El 20/03/2012 es condenado a seis años de prisión, reducidos a nueve meses por el Tribunal Supremo (TS) el 23/07/2013. El 28/07/2014 ingresó en prisión, aunque el 31/10/2014 se le concedió el tercer grado. El 17/02/2017 fue condenado de nuevo por el «caso Nóos», cumpliendo dos de los cuatro años. El pasado 2 de noviembre, el TS confirmó la condena por la que era (de momento) última causa pendiente: diez meses de prisión y diez años de inhabilitación por tráfico de influencias y como inductor de delitos de prevaricación continuada y fraude a la Administración, en el marco del «caso Son Espases». 

Una de las frases del juez Castro en su sentencia de 2010 merece ser rescatada: «Es claro que el señor Matas ha venido a burlarse de los simples mortales». El final provisional de la historia de un aplicado estudiante de padres republicanos que acabó robando a los españoles bajo las siglas del partido heredero del franquismo, con un reloj de 23.000€ en la muñeca, su mujer pagando la fruta con billetes de 500€ en el mercado de L’Olivar y reformando con dinero negro un palacete del siglo XVI en la muy noble calle Sant Feliu de Palma de Mallorca.

*Licenciado en CC de la Información