El Periódico Extremadura

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editorial

Editorial

El tren rápido como punto de inflexión

El anuncio de la puesta en marcha de un tren rápido o de altas prestaciones entre Plasencia y Badajoz a partir del 19 de julio ha supuesto un hito en el transporte ferroviario de esta región y ha traído consigo un mensaje de esperanza de que, al final, Extremadura podrá contar algún día con el ansiado AVE. Mucho ha tenido que esperar esta comunidad para contar con una prestación así, más de 20 años, y también mucho deberá esperar aún para que sea un AVE de verdad y completar el trazado hasta Madrid que se estima será en el año 2030. Habrá que señalar de nuevo aquí que el agravio con Extremadura es más que patente a pesar de este tren si se compara con las actuaciones llevadas a cabo en otros territorios. Así mismo, habrá que enfatizar que la culpa es siempre del Gobierno central que no impulsa, ni acelera como debiera, las inversiones en esta parte del país, donde la población y, por tanto, el peso político, resulta menor. 

"Urge que se busque una solución para Plasencia después de conocerse que no se van a realizar paradas en esta ciudad

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Con la puesta en servicio de este tren algunos políticos desde el gobierno han aprovechado para sacar pecho y otros desde la oposición para lanzar críticas. Todos tienen motivos para callar. En 20 años se han sucedido gobiernos de todos los colores en España y todos ellos han lanzado compromisos sobre plazos y ejecuciones que luego no se han llevado a término. No es demasiado decoroso el viaje triunfal de la ministra de Transportes entre Plasencia y Badajoz del pasado jueves, como tampoco las críticas de la oposición pidiendo celeridad cuando fue un gobierno de su partido quien se dejó caducar la DIA del tramo castellanomanchego que ahora va más retrasado y, por consiguiente, ni ha empezado su tramitación administrativa.

El tren rápido del día 19 de julio no puede ser considerado nunca una meta. Más bien al contrario, debe ser un punto de inflexión que ponga fin a la situación tercermundista que hemos vivido con el tren en esta región durante años. El cuento de la lechera que nos contaron en 2002 acabó hace mucho tiempo y ya solo aceptamos realidades. Exigimos a Madrid el mismo trato que el resto del país y, por consiguiente, reclamamos el cumplimiento pormenorizado de todos los compromisos de electrificación de la línea el año que viene, el desarrollo hasta Oropesa después y del resto del trazado lo antes posible. Igualmente, reclamamos mejores trenes ahora que vamos a contar con mejores vías y en este sentido entendemos que un solo viaje por día a Madrid de ida y vuelta resulta escaso para una región como la nuestra. 

Por último, urge que se busque una solución para Plasencia después de conocerse que no se va a realizar parada en esta ciudad sino en Monfragüe disponiéndose para ello de un autobús o lanzadera por carretera sufragado por la Junta. No deja de ser ridículo que el primer viaje del tren rápido Plasencia-Badajoz, con salida desde la capital del Jerte, haya sido también el último teniendo como origen esta estación.

En manos del gobierno queda la misión de enmendar una dejación de funciones que nos ha robado a los extremeños un montón de años de progreso. 

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