El Periódico Extremadura

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MARIAN ROSADO

El aniversario

El 15 de agosto es un día festivo nacional en España. Y este año también lo ha sido en Afganistán. Lo decretó el gobierno talibán para celebrar su retorno al poder hace un año. 

Lo hacía solo unos días después de dispersar a tiros una nueva manifestación de mujeres en Kabul en la que al grito de ‘Pan, Trabajo y Libertad’ exigían sus derechos. A gritos, puños en alto y pancartas como únicos escudos frente a hombres armados que no dudaron en apretar el gatillo.

Los varones no aceptan que ellas ya no se resignen a ser relegadas a lo secundario, a lo doméstico, a la oscuridad.

Estas mujeres solo piden Derechos Humanos. Derecho a poder educarse, a trabajar, a ser libres de mostrar sus rostros, a ser, en definitiva, personas. 

Afganistán no ha sido un país para mujeres durante décadas, pero en las dos últimas se habían logrado pequeños pasos, una mínima esperanza de realizarse como personas tal y como podían aspirar en los años ochenta. Aunque tal y como dijo Simone de Beauvoir en una frase que ya deberíamos tener grabada a fuego: «Bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida».

Lo que sufren las afganas no es una excepción. Al contrario, por desgracia es la norma. Lo es en la mayor parte del planeta y lo ha sido desde hace tanto tiempo que pareciera que es lo natural. No lo es. 

A las que hemos nacido en sociedades más avanzadas y con derechos conquistados nos señalan Afganistán y otros países, como para decir:‘no os quejéis, que suerte habéis tenido’. Lo que no entienden es que las mujeres sabemos que hasta que no todas seamos libres, el peligro de retroceder también es común. 

Que hemos comprendido que nacer mujer es ser socializada en la subordinación y que no nos vamos a resignar a ella.

Molesta que opinemos, que tengamos derecho a equivocarnos, que ocupemos el espacio público sin miedo. Es una lucha continúa y larga. La de las afganas es una muestra. Antes o después vencerán. 

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